Modric marca el paso y el estilo
Croacia avasalla a la rácana Irlanda (1-3) con dos goles de Mandzukic y uno de Jelavic
No solo España pretende el monopolio de la pelota en su grupo.Croacia también la quiere. Con ese argumento pasó por encima de Irlanda, reducida durante toda la noche al cuadriculado orden defensivo que le ha inoculado Trapattoni. La mezcla tuvo más de catenaccio que de orgullo irlandés, encorsetado en una pizarra tan rígida como poco ambiciosa.
En la alineación de Trapattoni figuraban dos extremos habilidosos, McGeady y Duff, pero fueron dos hacedores de coberturtas más. Corrieron más hacia atrás que hacia adelante.
IRLANDA, 1 - CROACIA, 3
Irlanda: Given; O'Shea, Dunne, St. Ledger, Ward; Duff, Andrews, Whelan, McGeady (Simon Cox, min.54); Robbie Keane (Long, min. 73) y Doyle (Walters, min.54).
Croacia: Pletikosa; Srna, Corluka, Schildenfeld, Strinic; Rakitic (Dujmovic, min.90), Modric, Vukojevi, Perisic (Eduardo, min. 89); Jelavic (Kranjcar, min.71) y Mandzukic.
Goles: 0-1, min.3: Mandzukic; 1-1, min.19: St. Ledger. 1-2, min. 43: Jelavic. 1-3, min.49: Mandzukic.
Árbitro: Bjorn Kuipers (HOL). Mostró cartulina amarilla a Modric, Kranjcar y Andrews.
Incidencias: partido del grupo C disputado en el estadio municipal de Poznan ante unos 45.000 espectadores.
Irlanda se manejó en dos de los tres paisajes posibles, el empate y la derrota, y nunca tuvo esa ida y vuelta frenética y envalentonada que siempre caracterizó a los irlandeses. No se inmutaron cuando a los tres minutos Mandzukic envió a la red un cabezazo blando y lejano que nunca imaginó que podía superar a Given. Se encontró Irlanda con el empate en una jugada de laboratorio, sobre las que ya había avisado Bilic de que eran una de las principales armas de sus contrincantes. Una falta lateral que cabeceó Ledger volvió a dar algo de sentido a esa cerrazón planeteada por su leccionador.
Fue entonces cuando Modric dio un paso al frente. Capitalizó el fútbol de Croacia como le ha demandado Bilic, que espera de él un gran torneo. Mediapunta en el Tottenham, su seleccionador le quiere en permanente contacto con el balón, con galones para iniciar el juego. Es curioso verle operar por el centro del campo utilizando las artes que son más propias de los últimos metros. Recibe en el círculo centyral y lo mismo encara que se gira, cambia de ritmo o quiebra. Lo mismo rompía la segunda línea de presión irlandesa con un toque con un regate. A veces se equivocó en las soluciones, pero siempre dio la sensación de gobernar el partido. Toda la insistencia croata partía de sus botas. La culminaron Mandzukic, al borde del descanso, aprovechando un mal despeje de la zaga irlandesa, y Jelavic, al inicio del segundo tiempo, con un cabezazo ajustado que entró tras dar en el palo y rebotar en Given. Nada cambió en Irlanda, que perdió el partido y mucha identidad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.