Un saque contra la agonía
Rafael Nadal, citado hoy en semifinales con David Ferrer, uno de los mejores restadores, encuentra en el servicio un inesperado aliado en los momentos de máxima tensión
El agua que apaga el fuego llega bajo la forma del goteo de 10 saques directos. En pleno incendio de Nicolás Almagro, que en cuartos lanza pelotazos llameantes, Rafael Nadal defiende su pase a semifinales con un arma inesperada. En el decisivo tie-break de la primera manga, el murciano no puede poner tres bolas en juego: los saques del mallorquín le doblan la muñeca. “¡Increíble!”, acaba gritando el número 13 cuando la escena se reproduce en su último zarpazo en el duelo. Ocurre en el tercer set. En el quinto y el séptimo juego, el número dos enjuga dos 15-30 con un servicio ganador y un ace. Descuenta una bola de break con un saque que no vuelve. Cierra el partido con un servicio directo. Antes del pulso de hoy (13.00, Canal+ y Cuatro) en semifinales de Roland Garros con David Ferrer, uno de los mejores restadores del mundo, el seis veces campeón en París ha desenfundado su pistola.
El saque es la peor parte del juego de Nadal” Goran Ivanisevic, quien más aces ha logrado en una temporada (1.477, en 1996)
“El servicio te tiene que responder, sino es una agonía en todo momento”, explica el mallorquín, que entre Montecarlo, Barcelona, Madrid, Roma y París, 22 partidos, solo ha cedido 20 juegos al saque, una nimiedad. “Me está funcionando bien y por eso he podido salvar [situaciones complicadas]. No es fruto de un día. La ronda anterior [en octavos de final] y esta he sacado mucho mejor”. “Ahora, con el saque salvo situaciones y me da puntos”.
Es la batalla de París. Nadal, que dedicó casi todo su entrenamiento de ayer al servicio, ha ganado el 98% de sus juegos al saque. Ferrer conquista el 52% de sus juegos al resto. Una de esas dos rachas morirá hoy sobre la pista.
“Rafa ha mejorado muchísimo el saque”, concede el número seis mundial, derribado por el mallorquín en la final de Barcelona y en la semifinal de Roma, donde protagonizó arranques huracanados y acabó reducido a una brisa. “Está claro que hace más daño, es un saque incómodo. Al ser zurdo, es mucho más difícil de restar. Tiene muy buen porcentaje de primeros cuando va abajo, y eso le hace ganar puntos gratis en momentos difíciles”.
“En general, como es diestro para todo menos el tenis, el saque es la peor parte del juego de Nadal”, cuenta en el restaurante de jugadores el croata Goran Ivanisevic, que algo sabrá de servicios cuando es el tenista que más aces ha logrado en un torneo (212, camino del título de Wimbledon 2001) y en una temporada (1.477, en 1996).
Nadal solo ha cedido 20 juegos al saque en los 22 partidos que ha disputado entre Montecarlo, Barcelona, Madrid, Roma y París
“Se ve enseguida que no está coordinado”, prosigue el ex número dos y doble medallista olímpico. “Podía explotar mucho más su condición de tenista zurdo. Puede buscar el saque abierto sobre el revés del contrario, y este falla o la golpea mal y deja la pelota a su merced. En esa situación, estás acabado. Usa eso muy bien”, analiza. “En el lado del deuce [el cuadro de saque que queda a la izquierda del sacador], está tirando más a la línea exterior [el saque más difícil para un jugador zurdo], porque de esa manera también mueve al rival y abre la pista. Juega tan bien desde el fondo que podría sacar con una pierna”.
Nadal pisa por séptima vez las semifinales de París, adonde Ferrer se asoma por primera vez en su vida. Es una prueba de fuego para el alicantino. El miércoles por la noche, se fue a cenar con los suyos a un restaurante italiano. Según algunos de los comensales, el jugador estaba lógicamente extasiado. El día siguiente fue muy distinto. Con la intención de descargar su mente de tensiones innecesarias, el número seis del mundo se recluyó en el gimnasio (bicicleta y carrera) y evitó empuñar la raqueta.
Con la de hoy, David Ferrer habrá disputado tres semifinales grandes en toda su carrera deportiva. Nadal, 17. El número seis pierde 1-12 los duelos con el número dos sobre tierra. Contra el alicantino, la experiencia, el saque y los recursos infinitos del juego de fondo del titán de la tierra.
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