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La NFL, acusada de esconder las consecuencias físicas de las lesiones

Más de 2.000 exjugadores exigen a la liga de fútbol que admita su responsabilidad y se ocupe del tratamiento y seguimiento de los afectados

Carolina García

En Estados Unidos son muchos los seguidores que convierten a los jugadores de fútbol americano en héroes tan sólo por el número de lesiones que reciben, un hecho que además la propia Liga de Fútbol Americano, la NFL, glorifica y “mitifica” en más de una ocasión, según se desprende de una demanda presentada hoy en Filadelfia por miles de exjugadores y familiares . El documento acusa a la NFL -la institución deportiva más rentable de Estados Unidos, con 9.000 millones de euros anuales- de negligencia y ocultación de información sobre las consecuencias -contusiones y patologías cerebrales- de las lesiones en el campo. La Liga niega estas acusaciones.

La demanda exige a la NFL que se haga responsable de la supervisión y tratamiento de exjugadores que sufren en estos momentos demencia, la enfermedad de alzhéimer u otras patologías neurológicas. Otros jugadores veteranos sin ningún síntoma en la actualidad quieren expresar con esta denuncia su preocupación por su futuro y piden un seguimiento médico de su salud a la Liga Nacional de Fútbol Americano.

En la presentada este jueves en Filadelfia, son en total más de 2.000 demandantes entre los que se incluyen exjugadores, cónyuges, parientes y representantes de los deportistas de distintos Estados del país, según han dicho los abogados en un comunicado. En la demanda también se incluyen los fallecimientos del exjugador de Chicago Bears, Dave Duerson y el de Atlanta Falcons, Ray Easterling.

Duerson acabó con su vida disparándose en el pecho y especificó en una nota que quería donar su cerebro a la ciencia para que se investigara si padecía Encefalopatía Crónica Traumática (ECT) como tantos otros jugadores. Esta enfermedad degenerativa afecta especialmente a los jugadores de fútbol americano y provoca demencia, depresión, ansiedad y síntomas parecidos a los del trastorno bipolar, en un proceso muy similar al que sufren los boxeadores con demencia pugilística.

La autopsia, realizada por el doctor Omalu, confirmó las sospechas del jugador y añadió a Duerson al grupo de 24 veteranos de la NFL diagnosticados con la enfermedad después de morir. Su viuda, Mary Ann Easterling, ha dicho en un comunicado que el exjugador comenzó a mostrar signos de daño cerebral hace 20 años, incluyendo insomnio y depresión."Creo firmemente que la NFL podría y debería haber hecho más para proteger a Ray. Es por eso que creo que este organismo es responsable de la muerte de mi marido” , ha dicho Easterling.

La NFL desde este incidente se encuentra inmersa en una intensa polémica sobre la protección de los jugadores. Acusaciones que afectan directamente al carácter violento del juego, la necesidad de cambiar las reglas para aumentar la seguridad y por supuesto por los problemas derivados de las conmociones que sufren los jugadores a lo largo de su carrera.

La demanda de este jueves se une a una presentada anteriormente por 170 jugadores veteranos de la Liga de Fútbol Nacional Americana. Después de varios años de protestas, el colectivo denunció en los tribunales a los responsables de la NFL por ocultar a los jugadores la gravedad de las lesiones que pueden sufrir en el campo e impedir el avance de las investigaciones médicas.

En 2009, la NFL reconoció que existe una conexión entre los traumatismos craneales y -el 60% de los jugadores padecen al menos uno a lo largo de su carrera profesional- y el hecho de que tengan 19 veces más probabilidades de desarrollar la enfermedad de alzhéimer, el triple de sufrir una depresión o sufrir demencia a edades más tempranas.

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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