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A CANASTA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Laso y Pascual, un clásico constante

El técnico del Madrid ha revertido el bagaje de los duelos contra el equipo azulgrana

Robert Álvarez
Llull, en el quinto partido contra el Caja Laboral.
Llull, en el quinto partido contra el Caja Laboral.SANTI BURGOS

Un lustro después, el Real Madrid retorna al lugar que cree pertenecerle por potencial, historia y poderío, esas virtudes que no siempre garantizan premio en el deporte. La final de la Liga Endesa añoraba un clásico del que no disfrutaba desde que el Madrid la ganó por última vez, en 2007.

Cuando Pablo Laso, tras la etapa de Joan Plaza, Ettore Messina y el breve interinato de Emanuele Molin, asumió el mando en el Madrid sabía de antemano que, más allá del Baskonia o el Bilbao, la madre de todas las batallas debía librarla contra el Barcelona. Bajo la suspicaz mirada de un Xavi Pascual atento a cualquier movimiento dirigido a superar su tremendo bagaje como entrenador azulgrana, con ocho títulos en poco más de cuatro años y que ha llevado al Barça a su sexta final de Liga consecutiva, Laso ha logrado revertir el deplorable bagaje madridista en los clásicos de los últimos años.

Pase lo que pase en la final que da inicio el miércoles en el Palau Blaugrana al mejor de cinco partidos (los días 6, 8, 11 y, de ser necesario, 13 y 16 de junio), su resonante victoria en la final de la Copa del Rey y en el Sant Jordi marcó un punto de inflexión.

A lo largo de la temporada, Laso ha tenido en el punto de mira al Barcelona. Un día, preguntado sobre la presión que se vive en el banquillo, contestó: “Presión, sin duda, pero si hablamos de grandes fracasos, quizá el mayor del año pasado fue el del Barcelona al tener la Final a Cuatro en casa y no jugarla”. Otro día, tras las críticas recibidas por haber fichado a Rudy Fernández y a Ibaka, sabiendo que iban a irse a la NBA, rebatió: “Hemos visto otro tipo de cosas más chocantes, como que unos se entrenen contigo y luego no puedan jugar”, en clara referencia a los hermanos Gasol y el Barcelona. Todavía levantaron más ampollas en el Palau Blaugrana otras declaraciones en las que Laso, a propósito del liderazgo que no observa en Carroll y que sí considera que podría llegar a ejercer Sergio Llull, se explayó:

“Tampoco creo que Navarro sea un líder. Uno puede ser líder en anotación o porque metes 30 goles en un equipo de fútbol, pero un líder igual se ve en otras cosas”.

El juego rápido del conjunto blanco se opone al eficiente de los barcelonistas

Los dos equipos se presentan en la final con buena pinta. Navarro parece en vías de alcanzar un punto de forma satisfactorio a pesar de sus molestias crónicas en un pie y Mirotic rindió a buen nivel en el quinto partido ante el Baskonia.

Sergio Rodríguez continúa haciendo méritos para convertirse en una pieza importante en el Madrid y, de paso, que Sergio Scariolo lo tenga en cuenta para los Juegos Olímpicos, en una lista en la que aspira a repetir Sada. Velickovic vuelve a parecerse por fin al jugador que fue fichado como uno de los mejores cuatros de Europa.

De la peligrosidad del tiro de Carroll no duda nadie, aunque, al igual que Tomic y Pocius, se ha mostrado irregular en los últimos partidos. De la fiabilidad de Felipe Reyes, tampoco hay sospechas.

Marcelinho Huertas, Lorbek y Mickeal han brindado síntomas de recuperación después de su floja aportación en la Final a Cuatro de Estambul. Wallace ha mejorado a ojos vista. En principio, en el Barcelona Regal es Eidson el jugador sobre el que recaen más dudas, desnortado desde que se lesionó precisamente ante el Madrid en la final de la Copa. En definitiva, se presenta un clásico apasionante, con dos estilos de juego muy diferentes: más rápido y abierto el del Madrid, más eficiente en defensa el del Barcelona. El antecedente más próximo es el espléndido partido que libraron en la penúltima jornada de la fase regular de la Liga y que ganó el Barcelona por 86-83. Sean tres, improbable, o sean cinco, lo más previsible, los partidos necesarios para dar con el campeón, la cuestión promete.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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