Apoteosis de Rondo y los Celtics

Los viejos rockeros nunca mueren, y los Celtics tampoco. Rondo los metió en su tercera final de Conferencia del último lustro a costa de los mejores Sixers de los últimos años (85-75). A los de Boston les esperan los Heat de Miami en un pulso que despierta un inusitado interés: LeBron James contra Paul Pierce, Dwyane Wade contra Ray Allen y, si se recupera de su lesión, Chris Bosh frente a Kevin Garnett.

Esa final del Este será posible gracias sobre todo a Rondo que, en el momento culminante, cuando parecía que los Celtics flaqueaban y los Sixers estaban a punto de remontar, anotó 11 puntos casi consecutivos que valieron su peso en oro.

El partido, el séptimo, el definitivo, a vida o muerte, fue tenso a más no poder, plagado de errores, con un inusitado tono defensivo. Los Celtics llevaron la batuta pero los Sixers estuvieron casi todo el tiempo a tiro de piedra. Garnett volvió a estar enorme, pero Brand le respondió sin ningún complejo. A Rondo le contestó Holiday y a Pierce, Iguodala. Los porcentajes fueron muy bajos. Se imponían las defensas. Y así llegó la cosa a los últimos minutos.

Pierce se cargó de faltas y cometió la sexta en ataque, tras atropellar a Young. Iguodala acababa de anotar un triple y había estrechado el marcador: 71-68. Quedaban cuatro minutos. Pintaban bastos para los Celtics. Fue entonces cuando se manifestó Rondo como un huracán, con 11 puntos, nueve consecutivos, incluido un triple y un tiro que los árbitros dejaron en canasta de dos tras revisar la acción en vídeo y comprobar que rozó la línea de tres con el pie. Poco importó.

Los Sixers, dinámicos, atrevidos, respondones como a lo largo de toda la serie, empezaron a resquebrajarse. Les resultó imposible contestar al estirón de Rondo que concluyó con un espectacular triple doble: 18 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias.

Los Celtics, que sobrevivieron con solo siete puntos de sus reservas, llegaron a sumar 14 fallos en los triples, pero anotaron tres cuando más lo necesitaban: dos Allen y uno Rondo. Kevin Garnett volvió a completar un partido extraordinario con 18 puntos y 13 rebotes. Pierce, pese a su eliminación por faltas, logró 15 puntos y 9 rebotes.

Los Sixers pagaron sus malos porcentajes: un 35% en el tiro y 14 de 20 en los tiros libres. Iguodala, con 18 puntos, y Holiday y Brand, con 15 cada, les mantuvieron con opciones hasta casi el final de partido. Miami y Boston ya se cruzaron en los playoffs de la pasada temporada. Entonces fue en las semifinales de Conferencia y los de Florida vencieron por 4-1. Será muy importante si Chris Bosh, baja durante los últimos partidos a causa de una lesión en el músculo abdominal, puede jugar o no contra los Celtics.

Los de Boston no podrán contar con Bradley, que ha sido operado de una lesión en un hombro. En cualquier caso, el pulso se presenta apasionante y los Heat, que ganaron siete partidos más en la temporada regular, parten con la ventaja del factor campo.