La ira de Djokovic
En un día de viento y calor, el número uno rompe su raqueta antes de remontar por 4-6, 6-2 y 6-3 ante Mónaco
Fue un estallido como los de los viejos tiempos. “Espero que no me viera ningún niño, pero es que yo soy así”, dijo el serbio Novak Djokovic sobre esa explosión, momento de rabia desbocada al perder la primera manga de su partido de octavos contra el argentino Mónaco. Su raqueta acabó violentamente destruida contra el albero. Nole, el número uno, que hizo de la economía de gestos uno de los sellos de su espléndido 2011, hizo un nuevo guiño al descontrol y la furia. Desde que murió su abuelo, durante el torneo de Montecarlo, las malas pulgas no abandonan al serbio, que no ha ganado ningún torneo desde entonces. Su tenis, sin embargo, sigue siendo desbordante: con Mónaco por delante (4-6, 1-2 y saque), el número uno sumó 20 de 24 puntos hasta clasificarse para cuartos (4-6, 6-2 y 6-3), donde se enfrentará con Tsonga, que se impuso con autoridad ante Del Potro (6-4, 6-1). En esa ronda también estará Rafael Nadal, que eliminó 6-1 y 6-1 a Marcel Granollers y se cruzará con el checo Berdych (hoy, 14.00, Teledeporte), verdugo de Nicolás Almagro (7-6 y 6-3).
“Remonté por fortaleza mental”, explicó el número uno; “especialmente porque jugaba contra un tenista que ya había ganado dos torneos sobre arcilla en 2012. Cuando vas por detrás en el marcador, muchos pensamientos cruzan tu cabeza, pero hay que centrarse y ser positivo”.
Fue un día de mucho viento en Roma, donde los tenistas compitieron entre torbellinos de arena, altas temperaturas y claroscuros. Las circunstancias midieron la estabilidad emocional de los protagonistas. Así, tras vencer 6-0 y 7-6 al francés Simon, que por dos veces sacó por el segundo set y en ambas perdió el servicio en blanco, David Ferrer se señaló la frente. “Cabeza, cabeza”, decía su gesto. Por eso, desesperado, gritándole a la tierra y al sol que le castigaba los ojos (“¡Es imposible ver a través de esta mierda!”), el británico Andy Murray se inclinó ante el francés Gasquet (6-7, 6-3 y 6-2 en 2h58m), que se enfrentará en cuartos al alicantino. Y así, sin hacer caso a tan difíciles circunstancias, más estable que brillante, se deshizo Nadal de Granollers, el tenista con el que quiere disputar el dobles en los Juegos Olímpicos de Londres.
“Las condiciones eran realmente difíciles, con mucho viento”, dijo el español, que ha ganado sus últimos 10 enfrentamientos contra Berdych (11-3 en total) y que seguramente por la noche se interesó por el duelo de ex números uno entre Roger Federer y Juan Carlos Ferrero que concluyó la victoria del suizo en tres sets (6-2, 5-7 y 6-1). “Berdych es un jugador con un servicio espectacular y todos nos preguntábamos por qué no terminaba de dar el salto. Es muy completo”, cerró sobre el número siete, tranquilo y apacible el mallorquín tras su semana de pasión en la tierra azul de Madrid. En Roma, el que grita es Djokovic.
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