La resta de la estrategia

Para Diego Pablo Simeone la estrategia es innegociable, ese otro fútbol que tanto le atrae porque a menudo entiende la repetición del pase como un contratiempo para llegar al gol. Por eso, no hay semana en la que no ponga hincapié en este tipo de jugadas. Y, atinados en las últimas semanas en esa suerte, el equipo se ha definido voraz en el área contraria. Pero flaquea en su propia casa hasta el punto de que, al igual que con Manzano, recibe más goles de los que mete a balón parado.

Los números lo aclaran. Mientras que con Manzano el equipo logró cuatro goles (dos en Liga; dos en Europa) y encajó cinco (4 y 1), con Simeone se queda en cuatro a favor (1 y 3) por seis en contra (3 y 3). Pero con El Cholo la diferencia estriba en que no hay eliminatoria europea sin premio a balón parado. Uno al Lazio, otro al Hannover y uno más al Valencia, cuando Diego colgó el balón y Miranda lo remató.

“Fue una jugada ensayada que entrenamos mucho”, desvela Miranda; “aunque tras el gol, solo le pude dar las gracias por ponerme un balón perfecto”. Recoge el testigo Diego: “Poner la pelota es mi trabajo. Y hacerlo a estos jugadores, que se mueven tan bien, es un privilegio”. Aunque el brasileño tiene claro que el receptor principal es Falcao, capaz de mantenerse en el aire varias décimas de segundo más que sus rivales. “Ahí Falcao es un killer”, le elogia Filipe Luis.

El problema del Atlético, sin embargo, es la fragilidad que muestra en su área

El problema del Atlético, sin embargo, es la fragilidad que muestra en su área. El Valencia, por ejemplo, le hizo las dos dianas en sendos córners lanzados por Tino Costa. “Le pega muy fuerte y no demasiado alto, por lo que son vuelos rápidos y difíciles”, explica Courtois; “pero en el primer tanto me hicieron falta antes del córner”. Así lo ve Diego: “El árbitro no lo vio, pero empujaron a Thibaut”. Filipe Luis, sin embargo, tira de realismo: “Esos goles ponen al Valencia en la competición más de lo que estaban”.

Las redes, en cualquier caso, pusieron en entredicho la táctica de Simeone, que exige a todos la defensa al hombre —nunca zonal— menos a Adrián y Falcao. “Se ponen en situaciones estudiadas”, señala Courtois. Así, Adrián suele colocarse en el primer palo y Falcao, más centrado y al borde del área chica, donde acude para ayudar en las llegadas desde atrás del rival o en la prolongación del balón. “Y todos saben que si grito ¡voy! tienen que apartarse”, puntualiza Courtois.