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Viejos conocidos para el Athletic

Los de Bielsa han padecido a los españoles: Zapater, Raúl y ahora el sportinguista Capel

Capel celebra su gol al Athletic en el partido de ida.
Capel celebra su gol al Athletic en el partido de ida. MIGUEL A. LOPES (EFE)

Si se pregunta a los aficionados del Sporting de Portugal cuál es el mejor jugador del equipo de Sa Pinto, la respuesta es casi unánime: Matías Fernández, Matigol, el chileno que se perdió el partido de ida por lesión. Si se pregunta quién les electriza más en el José Alvalade, la respuesta es el español Diego Capel (Almería, 1988), ahora literalmente desmelenado, por su fútbol vertiginoso, que cuando atina levanta al público de los asientos. Si Matigol es el rey, Capel es el afamado capataz que ya le hizo un pequeño roto al Athletic en el partido de ida (2-1) con dos o tres diagonales, una convertida en el gol de la esperanza al que se agarra el Sporting para superar hoy (21.05, Canal+) al Athletic en San Mamés y alcanzar la final de Bucarest.

En cierto modo, al Athletic le toca tropezar con sus viejos enemigos. Se encontró con el exzaragocista Zapater en el Lokomotiv de Moscú, al que le costó un mundo superar (al albur del gol marcado a domicilio). Tropezó con el señor Raúl, que le hizo tres goles, aunque insuficientes, con el Schalke en la eliminatoria. Y finalmente con Capel, que le hizo el gol más dañino, el que le permite al Sporting plantear la eliminatoria de atrás hacia adelante. Sa Pinto, fiel al viejo estilo, habló al término del partido de ida del pasado rojiblanco de Ángel María Villar, presidente de la federación española, de su poder en la UEFA, del miedo que le sugería el árbitro de la vuelta. Sacó los fantasmas a pasear, al más viejo estilo de un antiguo derbi vasco.

El exsevillista marcó en la ida el gol de la esperanza para los lisboetas

Bielsa ha apelado al optimismo. Desde que acabó el partido del Alvalade ha apostado por la alegría y ha jugado con las cartas boca arriba. La ausencia por sanción de De Marcos la explicó en pocas palabras: “Herrera hará de De Marcos, Muniain hará de Herrera e Ibai Gómez hará de Muniain”. Y asunto resuelto.

Los paralelismos con el caso del Barça eran inevitables: la confianza previa en la remontada y el trágico desenlace; y la posibilidad de un plan B para acometer una previsible defensa a ultranza del equipo lisboeta. “El plan B es una idea que no alcanzo a distinguir qué quiere decir. Desde mi punto de vista tenemos que defender para que no conviertan y tenemos que atacar para marcar. El estilo no es renunciable cuando está instalado. Pero estamos preparados para todo, para los penaltis o para lo que venga”, comentó Bielsa.

No habrá un asiento vacío, salvo enfermedad urgente. No en vano los socios ya se han inscrito para la final de Bucarest y las agencias tienen muchos registros previos para la cita del 9 de mayo. Las medidas de seguridad serán las habituales, aunque permanece el entorno enrarecido tras la muerte del seguidor rojiblanco Iñigo Cabacas tras el partido contra el Schalke.

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