Rosberg da una victoria histórica a Mercedes

Una flecha plateada volvió a lo más alto del podio. Hacía 57 años que eso no ocurría, pero Mercedes no se conformaba. Desde que la marca alemana compró la escudería Brawn en 2010, su único y gran objetivo fue ganar carreras para poder plantearse conquistar de nuevo el Campeonato del Mundo. Tardó dos años en conseguir un coche ganador. Pero esta temporada, el mago Ross Brawn se inventó un conducto S –similar al F, pero accionado sin la ayuda del piloto- y sus coches vuelven a estar delante. Nico Rosberg supo sacar provecho de todo ello para conseguir la primera victoria de su carrera en el Gran Premio de China y para dar a Mercedes el primer triunfo desde que Juan Manuel Fangio lograra el último en septiembre de 1955 en el circuito de Monza.

Los gritos de Rosberg a través de la radio, los saltos que dio en la llegada cuando aparcó su coche en el lugar correspondiente al ganador estaban justificados. Estaba viviendo un día histórico. No solo en lo personal, sino a todos los niveles. Mercedes recuperaba su leyenda, la de que las flechas plateadas habían nacido para ganar. Y Rosberg lograba el mejor resultado de su carrera en la F-1. Hasta ahora, había subido cinco veces al podio, pero solo una vez había logrado una segunda posición, en el GP de Singapur de 2008. Sin embargo, este año tanto él como su compañero de equipo, Michael Schumacher –que abandonó cuando luchaba por la segunda posición, cuando un mecánico le colocó mal la rueda trasera derecha en la vuelta 13-, ya mostraron todo el potencial de su coche, con sus buenas clasificaciones y copando la primera línea en esta carrera de Shanghái.

La victoria de Rosberg fue incuestionable. Ganó con 20 segundos de ventaja sobre su inmediato perseguidor, Jenson Button, y con 26 sobre Lewis Hamilton, que aprovechó los problemas de neumáticos de Vettel para arrebatarle la tercera posición en las vueltas finales. Vettel concluyó quinto, superado incluso por su compañero de equipo, Mark Webber. Volvió a sorprender la calidad de Grosjean, sexto, y la competitividad del Lotus. La lucha por la última plaza del podio resultó realmente emocionante.

Fernando Alonso, por su parte, realizó una buena carrera y en algunos momentos hizo soñar incluso con la posibilidad de que alcanzara el podio. Sin embargo, el Ferrari volvió a demostrar sus deficiencias, especialmente en las rectas con la falta de velocidad punta. Tampoco su estrategia fue la más acertada. Y acabó relegado a posiciones complicadas, luchando con Maldonado para optar a la octava posición. “Nuestras posibilidades son muy pocas”, reconoció Alonso. “Te pasan en las rectas e incluso en las curvas notas que te superan. Tenemos mucho trabajo por delante”.

No fue una carrera fácil. La estrategia en los cambios de neumáticos resultó crucial esta vez. Y probablemente, el error que sufrió Jenson Button en su tercera parada pudo resultar fatal para la suerte del piloto británico. Uno de sus mecánicos sufrió para colocar bien su rueda trasera izquierda y allí perdió casi seis segundos, que le condenaron y le impidieron mantener sus opciones de victoria. Aquella circunstancia ayudó a Rosberg, que había alargado su segundo stint hasta la vuelta 35 y estaba ya perdiendo alrededor de dos segundos por vuelta en relación a sus perseguidores, como consecuencia del deterioro de sus gomas.

Podía pensarse que aquella tardanza en entrar al taller podía ser perjudicial para él. Pero no fue así, porque cambiar tan tarde le permitió después correr muy rápido y alcanzar una ventaja de 24 segundos sobre Kimi Raikkonen y Sebastian Vettel, sus inmediatos perseguidores a falta de 10 vueltas. Raikkonen tuvo serios problemas y cayó hasta la 14ª posición. Los neumáticos condenaron también a Vettel, que fue cayendo hasta el quinto puesto.

Pedro de la Rosa acabó 21º y evidenció que su Hispania debe mejorar mucho para ser competitivo entre las peores escuderías del paddock.