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El Sevilla, como un cohete

El equipo de Míchel desarbola al Mallorca con buen fútbol y goles de bella factura

Rafael Pineda
Reyes trata de escapar del israelí Hemed
Reyes trata de escapar del israelí Hemed JUAN FERRERAS (EFE)

Anda el Sevilla con ganas de agitar el final de la Liga. Desaparecido la mayor parte del torneo, el equipo andaluz, de la mano de Míchel, empieza a despejar algunas incógnitas. Resultaba necesario saber qué iba a deparar el trabajo del técnico madrileño y el Sevilla, ahora, es mucho mejor que lo que ha mostrado antes. Palop ha dado seguridad a la portería y Míchel ha sabido encontrar el equilibrio necesario para sustentar un equipo de mucho arte, con Navas y Reyes, y una descarada vocación ofensiva con la alineación de dos delanteros, Negredo y Manu del Moral. Carbura el Sevilla, se mueve con precisión y soltura, con Reyes cada día mejor, y este equipo mustio de anteriores jornadas resurge para llamar a la puerta de Europa, donde ha sido un clásico durante ocho temporadas consecutivas.

SEVILLA, 3 - MALLORCA, 1

Sevilla: Palop; Coke, Fazio, Escudé, Luna; Navas, Medel, Trochowski (Rakitic, m. 73), Reyes (Kanouté, m. 69); Manu del Moral y Negredo (Deivid, m. 88). No utilizados: Varas; Cala, De Mul y Babá.

Mallorca: Aouate; Chico, Nunes, Ramis, Cáceres; Martí, Tissone; Pereira, Álvaro (Nsue, m. 46), Castro (Hemed, m. 56); y Víctor (Alfaro, m. 71). No utilizados: Calatayud; Cendrós, Bigas y Pina.

Goles: 1-0. M. 51. Negredo. 2-0. M. 62. Manu del Moral. 3-0. M. 67. Navas. 3-1. M. 73. Hemed.

Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Martí, Trochowski, Álvaro, Coke, Reyes y Medel.

Unos 30.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán. La lluvia dejó el terreno de juego muy rápido y con algunos charcos.

Gana el Sevilla por tercera vez consecutiva y se acerca a puestos de Liga de Campeones, que ahora tiene a cinco puntos cuando hace solo tres jornadas hablar de ello era sinónimo de herejía. Ahora, los de Míchel se muestran felices y disfrutan del fútbol. No hay mejor ejemplo que el tercer gol, una obra de arte con el pase de Reyes y la definición de Navas. Goles de alta escuela, de un equipo renovado al que el técnico madrileño le ha cambiado la cara. Quizás la revolución haya llegado algo tarde, pero en esta Liga tan irregular los andaluces tienen opciones todavía de alcanzar el objetivo marcado a inicios de temporada, la Liga de Campeones.

Fue mejor el Sevilla ante un Mallorca que llegó con la lección aprendida, que hace del conocimiento del oficio de sus jugadores el mejor aval para competir. Un par de patadas a Reyes de Martí y Chico en los primeros cinco minutos mostraron las intenciones de los de Joaquín Caparrós, que, con algo de fortuna, capearon un primer tiempo de continuas llegadas del conjunto andaluz. Es un equipo al que le falta calidad y ambición. Navas, un puñal en la banda, generó hasta cuatro ocasiones por la derecha. El Sevilla se gustaba, pero le faltaba el gol, lo que afeaba su buen partido.

Todo lo bueno que mostraron los de Míchel se cumplió en un segundo tiempo lleno de goles, de buen juego y de cierta indolencia en el tramo final. Perdió tensión el Sevilla y el Mallorca reaccionó, aunque demasiado tarde.

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