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BALONCESTO FEMENINO

La realidad tras el mejor escaparate

La mitad de los clubes españoles tienen problemas para pagar a sus jugadoras.- La crisis económica hace que escaseen los patrocinadores y mermen las subvenciones

Las jugadoras del Mann Filter de Zaragoza, durante un partido.
Las jugadoras del Mann Filter de Zaragoza, durante un partido.

El baloncesto, a pesar de sus éxitos en la cancha, tampoco se libra de los efectos de la crisis económica. Los patrocinadores escasean y las subvenciones son menores en cuantía; eso, cuando llegan a cobrarse. La competición femenina es la que más se resiente en este aspecto por dos causas principales que también son consecuencias de aquella: a los clubes les cuesta más lograr sponsors,ya que genera menos dinero que la masculina, por lo que depende más de las ayudas públicas y estas son claramente inferiores a las de unos cuantos años atrás. Es la pescadilla que se muerde la cola.

En la Liga, el máximo torneo de clubes en España, compiten 14 equipos y las plantillas de la mitad de ellos sufren impagos. El Mann Filter de Zaragoza, el Palacio de Congresos de Ibiza, el Celta, el Girona… Todos ellos deben, al menos, dos meses de salario a sus jugadoras y sus entrenadores, principalmente porque las instituciones no están cumpliendo los plazos a la hora de pagar las subvenciones acordadas. Aunque los salarios son dispares, el sueldo medio de una jugadora de un conjunto de mitad de la tabla ronda los 1.000 euros al mes. Es decir, emolumentos normales, pero difíciles de cobrar.

La delicada situación económica que están atravesando estos clubes se ve agravada por las deudas por impagos de otras temporadas que arrastran algunos mientras que otros no han tenido más remedio que renunciar a la categoría.

El aval que pide la federación (FEB) para participar en la Liga es de 85.000 euros y, en los casos de impago, este se ejecuta. La FEB y la federación autonómica en cuestión son las primeras en cobrar las deudas. En tercer lugar van las jugadoras y en cuarto el entrenador.

La plantilla del Mann Filter de Zaragoza llegó a hacer huelga

A menudo, la ejecución de estos avales no es suficiente y las jugadoras no cobran hasta meses más tarde o incluso nunca llegan a recibir el dinero adeudado. Lo que suelen hacer estos equipos, cuando por fin la reciben, es destinar la ayuda financiera pública a pagar las licencias y el aval para inscribirse en la competición con vistas a la próxima temporada y, a partir de ahí, empezar a configurar el nuevo equipo. Lo pueden hacer aunque deban más de una nómina.

La solución más lógica sería exigir un aval más alto que cubriese los impagos, apuntan algunos, pero esta medida echaría atrás a los clubes porque les resultaría muy difícil conseguir el dinero y la competición se quedaría sin equipos. La FEB reconoce que últimamente ha tenido que ampliar los plazos para la presentación del aval, aunque no parece una solución, ya que las jugadoras siguen muy expuestas en las situaciones de impago.

Esta temporada, los casos más llamativos han sido los del Mann Filter de Zaragoza y el Palacio de Congresos de Ibiza. Las jugadoras y los entrenadores de ambos equipos llevan más de dos meses sin cobrar. El conjunto ibicenco aterrizaba el pasado 7 marzo en el aeropuerto de la isla con el descenso en la maleta a falta de dos jornadas para acabar la temporada. El equipo, que no ha cobrado los 65.000 euros prometidos por el Gobierno balear, no ha podido sobreponerse en la cancha a las dificultades económicas, que incluso provocó una huelga de entrenamientos.

Las jugadoras del Zaragoza también se plantaron después de dos meses sin cobrar. La griega Aikaterina Sotiriou llegó a un acuerdo para abandonar el club.

No son casos aislados. A pesar de la racha de éxitos internacionales, el baloncesto femenino español se desangra por la crisis.

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