_
_
_
_
FÚTBOL | 27º JORNADA DE LIGA

Tremendo partido, tremendo Cristiano

El Madrid, muy exigido, vence a un Betis valiente como pocos gracias al mazo del delantero luso

José Sámano

No tiene freno el Madrid, que salvó en Sevilla un combate tremendo en el que el Betis le exigió de lo lindo. El equipo de Mourinho se vio obligado a jugar como el campeón que ya se le presupone. Con el martillo de Cristiano y la pericia de Casillas, el líder salió fortalecido por una victoria que no fue un trámite. El Betis no se resignó a su teórico papel de comparsa y se comportó como un gigante. Propuso un reto cara a cara y llevó al límite a su rival. Pero este no tiene rendición. Y cuenta con Cristiano Ronaldo, para el que no hay registros imposibles. Ni humanos siquiera. En el Villamarín, otra vez, resultó capital.

BETIS, 2 - R.MADRID, 3

Betis: Fabricio; Nelson, Dorado, Paulao, Nacho; Beñat, Salva (Santa Cruz, m. 73), Iriney (Cañas, m. 75); Jefferson Montero, Jorge Molina (Pozuelo, m. 65) y Rubén Castro. No utilizados: Castro; Isidoro, Súper y Juanma.

Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Khedira, Xabi Alonso; Özil (Benzema, m. 88), Kaká (Granero, m. 75), Cristiano; e Higuaín (Callejón, m. 78). No utilizados: Adán; Albiol, Varane y Lass.

Goles: 1-0. M. 9. Molina. 1-1. M. 24. Higuaín. 1-2. M. 52. Cristiano. 2-2. M. 54. Montero. 2-3. M. 73. Cristiano.

Árbitro: Iturralde González (por lesión, fue sustituido tras el descanso por el cuarto árbitro, Sagués Oscoz). Amonestados: Kaká, Iriney, Higuaín y Arbeloa.

Benito Villamarín: 51.563 espectadores.

Equipo taurino como es, el Betis se descara con los grandes. No retrocede. Juega con la vista al frente y con la idea de dañar al poderoso no solo en su ataque, sino también en su defensa. Frente al Madrid, no fue una excepción, con el riesgo que eso supone ante un adversario que tira confetis cuando el océano se abre, cuando los partidos son una noria. El Betis aceptó la cita de principio a fin y Jefferson Montero fue su bandera de salida. El ecuatoriano, un velocista de primera, se encaró una y otra vez con Marcelo, al que hizo pasar la primera parte de la noche en vela. Con este zurdo por la derecha, Mel abrió la vía ofensiva de los suyos y bajó la persiana al costado por donde puja el lateral del Madrid, la orilla por la que se alía con Cristiano. Eso sí, a la primera aventura de Marcelo, ya en el segundo acto, llegó el 31º gol del portugués en la Liga. Y ya luego el 32º. ¡Y los que le faltan! Un marciano.

Con Montero a la corneta y bien plantados los béticos, llegó pronto el gol de Jorge Molina. Nacho esprintó con Arbeloa y asistió en el balcón del área a Rubén Castro. El delantero verdiblanco domesticó la pelota tras un control en el que la amortiguó con un involuntario codazo. Sosegado el balón sin que Iturralde advirtiera la ilegalidad, Castro dio hilo a Molina, que llegaba por el centro, y el ariete embocó.

El equipo andaluz se descara

La diana no produjo mutación alguna en el Betis, que nunca fue tacaño. Con sus cuatro futbolistas ofensivos (Sevilla, Castro, Molina y Montero), mantuvo el mismo guion. Un paisaje poco habitual para el Madrid, acostumbrado a que sus rivales se enclaustren con un gol y sin él. Y, al mismo tiempo, una bendición. El Betis siempre le dejó campo abierto. Como el Madrid no es un equipo de tránsito, se jugó las habichuelas a la carrera. Así se deleita. Rajado el medio campo, donde Mel se basta con Iriney y Beñat, inmensos ambos, el Madrid encontró aire como le gusta. En un suspiro, Özil citó a Higuaín a la carrera. Paulao rompió el fuera de juego y, con el turbo encendido, El Pipita barrenó la pelota. Un golazo, el 17º del argentino.

Con una falta directa al larguero lanzada por Sevilla y desviada de forma milagrosa por Casillas, se cerró el vertiginoso primer tiempo. Tanto, que fue demasiado para Iturralde, que está a un paso de la jubilación. Una descarga en un muslo le dejó en la enfermería en el descanso. El cuarto árbitro, Gorka Sagués Orkoz, de Segunda B, al que Chendo y Karanka habían dado tertulia en la banda, tomó el silbato. Como le sucediera al primer espada, tampoco se enteró de una mano de Xabi Alonso con 2-2 que, con razón, reclamaron los locales como penalti. Ni en el último minuto de unas posibles manos de Marcelo y Sergio Ramos.

El árbitro no vio una posible doble mano en el área madridista en la jugada final

En la reanudación tampoco hubo sosiego. El duelo fue aún más desatado, con Marcelo ya desabrochado de Montero, con el Madrid sin riendas y el Betis a lo suyo, de acuerdo con un golpe por golpe que con los madridistas suele ser demoledor. Casillas y Fabricio no tuvieron paz. Los dos equipos consensuaron que el encuentro era cosa de las delanteras. Y así fue, con las áreas invadidas sin demora, con Cristiano y Montero como principales animadores. Anotó el primero y le respondió el segundo, que en un córner se aprovechó de una indecisión de Arbeloa, un defensa fiable, de los que no se complican la vida, pero al que anoche le dio por intentar gobernar la pelota con el pecho. El mal despeje permitió a Jefferson marcar su primer tanto en la Liga.

En un partido tan frenético nadie como Cristiano para ponerle el broche. Solo Messi en todo el universo tiene su pegada. Siempre con el mazo a punto, le cayó un rechace de Fabricio tras un saque de esquina cabeceado por Ramos. Con Cristiano no hay fogueo y el Betis sucumbió. Ya no tuvo remedio. Casi nadie lo tiene ante este Madrid disparado hacia el título. Pocos se le encararán como este Betis, vencido solo por la grandeza de su hidalgo rival. Un adversario que tiene hambre y fuego y que, con el paréntesis del Barça, no encuentra quien le resista en la Liga desde septiembre. Insólito.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_