Líder indiscutible
El espectacular ritmo anotador del Madrid, que amenaza el récord de la Quinta del Buitre de los 107 goles en la temporada 89-90, marca la gran diferencia con un Barça sin la productividad de Villa y con las frecuentes bajas de Alexis
Conflictos arbitrales al margen, la realidad se revela en el campo, en donde los goles dan la razón al Madrid.
El Barcelona empezó a desconectarse de la Liga el sábado 10 de septiembre, en Anoeta, donde Alexis sufrió la primera de sus cuatro lesiones musculares. El desenganche se completó en Japón, donde Villa se fracturó la tibia disputando el Mundial de clubes. Sin los dos hombres llamados a completar, junto con Messi, la tarea de golear, el Barça no ha podido aguantar el ritmo inaudito del Madrid. Convertido la temporada pasada en el segundo equipo más rematador de la historia del campeonato, los jugadores que dirige José Mourinho van camino este curso de pulverizar el legendario récord de 107 goles que la Quinta del Buitre grabó a fuego en 1990. Al ritmo anotador actual, de 3,4 goles por partido, Cristiano Ronaldo y sus compañeros sumarán 130 al final del torneo.
La historia de la Liga dice que, normalmente, el campeonato se gana metiendo goles. El título ha correspondido, con excepciones como las del Valencia de 2002 y 2004, al cuadro que más marca. Las últimas dos temporadas rompieron la tradición. El Madrid fue el equipo más goleador de los cursos 2009-2010 y 2010-2011. Metió 102 goles en las dos campañas. Pero se topó con el mejor Barça de siempre, que replicó con 98 y 95 tantos respectivamente. Por más goles que hicieron los madridistas, resultaron insuficientes al cabo. Cristiano, con 30 goles; Higuaín, con 16, y Benzema, con 13, empujan otra vez la marea goleadora. Es en esta primera línea en la que las diferencias con el Barça parecen decisivas. Mermado por las lesiones de Alexis, Villa y Pedro, el equipo de Pep Guardiola no ha podido responder con la misma contundencia. Frente a los 59 goles de la delantera blanca, la azulgrana se ha quedado en 41. Solo Messi, con 28 tantos (cinco fuera del Camp Nou) conserva su pegada.
De continuar a 3,4 goles por partido, los blancos sumarán 130 este curso
La productividad del Barça no ha menguado respecto a temporadas anteriores. Incluso, a nivel global, ha aumentado, sobre todo por las goleadas conseguidas en la Copa contra L’Hospitalet y en la fase de clasificación de la Liga de Campeones. No ocurre lo mismo, por el contrario, en la Liga. El equipo extraña sobre todo a Villa y Pedro. El asturiano, lesionado el pasado diciembre en las semifinales del Mundial de clubes, fue el segundo máximo artillero del equipo el curso pasado, con 23 tantos, mientras que el canario se situó el tercero con 22. Villa se ha quedado de momento en ocho (cinco en la Liga y tres en la Champions) y Pedro, disminuido también por las lesiones musculares, ha anotado siete (uno en la Liga en 16 encuentros, cuatro en Europa y dos en la Copa).
Al igual que ha ocurrido con Pedro, la falta de continuidad por culpa de sus cuatro lesiones musculares ha mermado la cuenta de Alexis, que contabiliza ocho goles en 15 encuentros de la Liga, dos en la Champions y uno en la Copa. El único delantero infalible continúa siendo Messi, pichichi azulgrana la campaña pasada con 53 tantos y que ya lleva 28 en la Liga, siete en Europa y dos en la Copa.
Guardiola no ha recurrido al mercado para tapar huecos como hizo el Madrid hace un año con Adebayor. El técnico ha buscado el remedio a la falta de delanteros artilleros en los jugadores de la segunda línea y muy especialmente en Xavi y Cesc. Messi ha combinado muy bien con ambos, sobre todo con Cesc, que ha actuado tanto de falso nueve como de volante. El centrocampista incorporado del Arsenal es el segundo máximo goleador del equipo en la Liga (nueve) y también se ha estrenado en la Champions (16 en total). Xavi, por su parte, ha batido su propio récord goleador a sus 32 años: 12 tantos (ocho en la Liga, dos en la Copa, uno en la Champions y otro en el Mundial de clubes). Menor ha sido la aportación de Keita, que se ha perdido 13 partidos por su participación en la Copa de África, y de Iniesta, afectado de nuevo por las lesiones. Acaso conviene recordar la cuota de jugadores complementarios, como Tello y Cuenca (cuatro goles cada uno, dos en la Liga y dos en la Copa). A efectos globales, los delanteros totalizan 46 goles en la Liga por 20 los centrocampistas y cinco los zagueros. Hay, por lo demás, un factor novedoso a tener en cuenta: el equipo ha variado su forma de atacar. Ha dejado de tener control del juego para ser más vertical tanto por la aportación de Cesc y Alexis como por la baja de Villa.
La segunda línea del Barça (Xavi, Iniesta, Cesc y Pedro) suma 19 goles en la Liga. Tiene más armas que la homóloga del Madrid (Özil, Kaká, Di María y Callejón), que contabiliza 15. Menos goles, pero suficientes para dar amplitud a la ventaja del equipo madridista.
Solo Zarra y Lángara superaron a Cristiano, que suma 30 dianas en 25 encuentros
Mourinho tiende a organizar su grupo de un modo menos homogéneo que Guardiola al suyo. Por imposiciones de su guion, el Madrid se parte más. Divididos entre los que atacan y los que defienden, no le sobran futbolistas versátiles, liberados para llegar al gol desde la segunda línea. Sí abundan, en cambio, los dedicados a atacar durante fases importantes de los partidos. El más liberado de las obligaciones defensivas, el más concentrado en sus propios desmarques, es Cristiano. Es la figura y sabe retribuir con creces a quien le concede prerrogativas. Sus 30 goles en 25 partidos hablan de un ritmo anotador solo superado por Zarra en la temporada 1950-1951 y Lángara en la 1935-1936.
Cristiano batió en la campaña pasada el récord goleador de un pichichi con 40 tantos. Si sostiene su actual promedio, de 1,2 dianas por encuentro, superará los 45 goles en la última jornada.
Faltan 13 encuentros y el Madrid es el décimo más goleador de la historia de la Liga. A este ritmo, sin Villa, Pedro ni Alexis, parece imposible que el Barça pueda recuperarse.
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