“Cuando ganas, llegan las palmaditas”
El piragüista gallego es un héroe anónimo que salta a la fama cada cuatro años
“La quinta medalla es la gasolina para los días de flaqueza”, advierte David Cal Figueroa (Cangas, 1982). Solo Joan Llaneras y Arantxa Sánchez Vicario guardan como él cuatro preseas olímpicas. En Londres este piragüista gallego bonachón y tímido puede dejarlos atrás y convertirse en la referencia más alta del palmarés español en los Juegos si sube al podio en C- 1 1.000 metros.
Pregunta. Le alumbran los focos solo cada cuatro años, ¿es justo?
Respuesta. Es la fuerza de los Juegos Olímpicos. Si lo pienso es escalofriante porque me juego en cuatro minutos el trabajo de cuatro años. Eso es lo injusto porque puedes tener un mal día, pero es igual para todos mis rivales. Mejor no pensarlo mucho.
P. ¿Qué ha cambiado de Pekín hasta Londres?
R. No mucho. Sigo con las mismas rutinas. El gran cambio fue tras Atenas. De pronto pasé de ser un chaval normal a que todo el mundo me conociera, me parara por la calle, los ánimos, las llamadas de la prensa... Había sido segundo en el Mundial y un mes antes de los Juegos medallista en el Europeo, pero nada que ver con la repercusión de los Juegos.
Tras Atenas pasé de ser un chaval normal a que todo el mundo me conociera
P. ¿Se siente presionado?
R. Lo que pasa es que la gente se acostumbra a lo bueno. El año después de Atenas fui segundo en el Mundial y hubo quien me paró por la calle y me dijo que me había echado a perder, que tenía que entrenarme más. Yo les decía: ¡Tú sabes lo que hay que entrenarse para ser segundo del mundo! Soy un afortunado porque otros se machacan tanto como yo y no obtienen resultados. Pero la gente que entiende de deporte y de piragüismo sabe lo que hay. Cuanto más lo conoces, más lo valoran. Ya sabe lo que dicen de que la ignorancia es atrevida…
P. Durante estos dos últimos ciclos olímpicos se quejó en ocasiones de las pocas ayudas de algunos que luego son los primeros a la hora de hacer la foto.
R. Si lo dice por políticos o instituciones públicas hay que decir que muchas sí que han respondido bien. Lo que está claro es que cuando ganas llegan las palmaditas en la espalda y cuando se acercan los Juegos también. Ahora noto más palmaditas que nunca.
P. ¿En qué momento está de la preparación para Londres?
R. Ahora estamos metiendo mucha carga con mucho trabajo aeróbico. Entrenamientos por la mañana y por la tarde, gimnasio casi todos los días. Es la fase que menos me gusta, pero es imprescindible y tratamos de combinar el trabajo en el agua con carrera continua o bicicleta.
Trabajar para superarte es gratificante
P. ¿Cómo es el plan de concentraciones?
R. Estaré en casa, en Pontevedra, hasta finales de mayo. Entonces iremos a Cervo (norte de la provincia de Lugo) y allí afinaremos para ir directos a Londres. En estos Juegos tenemos la ventaja de que no hay que ir con mucha antelación para aclimatarse.
P. ¿Qué supone de renuncia opositar a esa quinta medalla?
R. Supone dejar de lado a los amigos, a la familia, al verano en la playa. Antes de Londres estaré dos meses y medio sin pasar por casa, solo para hacer la maleta e irme. Supone entrenarse y castigar el cuerpo. No a todo el mundo le gusta, pero también sé disfrutarlo. Trabajar para superarte es gratificante.
P. ¿Seguirá cuatro años más, hasta 2016?
R. Mi intención es esa, pero primero quiero ver cómo acabo en Londres, el resultado y las sensaciones. Luego decidiré. Tampoco he pensado en qué haré cuando esto se acabe. Quisiera seguir vinculado al deporte, eso lo tengo claro, pero no sé cómo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.