_
_
_
_
Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Entre mercantes, redes y pescadores

Vuelvo a escribiros sentado en el asiento de un avión, esta vez dirección a casa después de haber terminado la tercera etapa que nos ha traído hasta Sanya, China. Es la primera vez que vuelvo desde que saliéramos de Alicante, el 5 de noviembre, y voy con ganas de descansar y desconectar un poco de la regata. Está siendo mucho más intensa de lo que podía pensar. Estaré una semana y el 12 de febrero volvemos todos a China para preparar otra vez la regata costera y la cuarta etapa, de China a Nueva Zelanda. El resultado no ha podido ser mejor, ya que no solo hemos conseguido ganar por tercera jornada consecutiva, sino que además hemos metido unos puntos muy valiosos al segundo clasificado, el Camper with Emirates Team New Zealand.

Hemos tenido que luchar cada momento. Como ya os conté desde el barco, empezamos con el pie izquierdo, teniendo una avería en el botalón y en el Código Cero, vela que usamos con poco viento. Después de resolver estos problemas conseguimos volver a liderar la regata, pero al entrar en el estrecho de Malaca, como estaba previsto, todo cambió. Nos reagrupamos todas las embarcaciones y se abrió un abanico de opciones: que si por una costa del estrecho, que si por la otra, que si por el medio... Uno comentaba que hace cuatro años, en la Volvo anterior, la costa Este fue mejor, otro que no... En fin, sabíamos que eran 600 millas muy complicadas en las que el único objetivo marcado era salir de Singapur en el grupo de cabeza, sin perder opciones de cara a la ceñida de 1.100 millas hasta la meta.

Cape, que sigue inspirado, empezó a tenerlo más o menos claro. Comentaba que es un sitio tan inestable que de nada le servía lo acontecido en la edición anterior, y que lo que teníamos que hacer era "vivir el momento", sin especular demasiado. Por eso al final hicimos la mayor parte del canal por la mitad, con un tráfico mercante impresionante (el estrecho de Malaca es uno de los lugares con más tráfico mercante del mundo) y navegando a unos 10 nudos de media, velocidad que no nos podíamos creer ya que la experiencia que teníamos todos los que habíamos pasado por este punto anteriormente era nefasta.

Una vez fuera de Singapur, alucinados una vez más con la cantidad de mercantes y petroleros -casi todos estaban anclados en la zona-, parecía que la ceñida hasta la meta iba a ser relativamente sencilla. Primero por la costa de Malasia hasta llegar a Vietnam y después al salir a mar abierto. Los problemas vinieron cundo el parte meteorológico empezó a no cumplirse. El viento no venía de dónde se suponía que debía venir y los de atrás empezaron a apretar.

Hacer tantas viradas es una auténtica barbaridad: mover todas las velas de lado, todos los repuestos dentro del barco, la comida... virar y prepararse para virar otra vez. Preguntábamos a Iker o Cape de cuánto tiempo sería el bordo para ver si nos daría tiempo de meternos en la litera (desvestirte, secarte un poco...) o si, por el contrario, no merecía la pena y nos quedábamos vestidos tirados en el suelo, intentando dormir un poco. Los últimos tres o cuatro días fueron así. Y os prometo que fueron agotadores. Pero, eso sí, cada virada, cada role, sacábamos un poco de ventaja al segundo, lo cual levanta el ánimo de todos.

Otro de los grandes peligros y problemas que hemos tenido en esta etapa, desde Malaca hasta la propia meta, han sido los pescadores. No os podéis imaginar cuántos pescadores nos hemos encontrado. Miles de barcos de madera que, por supuesto, no aparecen en el radar ni llevan las luces de navegación... Grupos de pescadores de más de 10 barcos donde te encontrabas atrapado, esquivándolos, con un tripulante en la proa con la linterna potente gritando como un loco: "¡Que está arrastrando red!" "¡Que orces!" "¡Que arribes!". Un estrés constante, ya que si te quedas enganchado en alguna red estás completamente perdido.

Ya casi llegando a unas 30 millas de la meta, todavía de noche, empezamos a ver luces parpadeantes delante de nosotros. Era obvio que era una red de pesca, la red más larga que he visto en mi vida. Tuvimos que navegar unas 10 millas, 40 grados más altos de nuestro rumbo a meta para no entrar en ella, con la confusión de la noche, sin saber si podíamos cruzarla o no, hasta que vimos el fin de las luces marcado con una luz roja. En fin, que si por si acaso los rivales no nos aprietan lo suficiente nos vamos encontrando con obstáculos impredecibles, entre mercantes, redes y pescadores que no nos permiten bajar la guardia ni un sólo minuto.

La llegada a China ha sido impresionante. Miles de personas (y no exagero) recibiendo a los barcos, con tambores, dragones andantes y bailarines por todos lados. La ciudad volcada, me recordaba mucho a Qingdao cuando llegamos en la tercera etapa también de la Volvo anterior. Ha sido bonito, la verdad. Un golpe fuerte encima de la mesa. Ahora nos toca seguir apretando a tope.

La recepción al equipo Telefónica en Sanya (China).
La recepción al equipo Telefónica en Sanya (China).AFP

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_