El Red Bull es una filigrana
El equipo campeón presenta el nuevo RB8, un monoplaza con un morro muy trabajado desde el punto de vista aerodinámico
A la espera de que los distintos protagonistas tengan la valentía de confirmarlo en Jerez, donde desde mañana y hasta el viernes arrancan los primeros ensayos del ejercicio de fórmula 1 de 2012, los pilotos punteros y los técnicos de las escuderías más potentes del certamen estaban a las 14:00 horas de esta tarde pegados a la pantalla del ordenador y conectados a www.redbullracing.com, la página web donde el equipo de los bólidos energéticos ha presentado el RB8, el prototipo con el que pretende alargar la hegemonía de los dos últimos años. En un vídeo que no llega al minuto y medio de duración, la estructura de Milton Keynes ilumina distintas partes de un monoplaza que cobra vida cuando su corazón comienza a bombear, y que ya permite intuir que Adrian Newey, responsable de diseño de la escudería, le ha dado otra vuelta de tuerca al conjunto desde el punto de vista aerodinámico.
A primera vista y atendiendo a los esfuerzos de Red Bull por mantener en secreto los puntos fuertes de su nuevo juguete, el RB8 hereda una apariencia muy similar a la del RB7, su antecesor, catalogado por la mayoría de los rivales de Sebastian Vettel y Mark Webber como el aparato más dominante de la historia del campeonato. Destaca, por encima de cualquier otro elemento, la filigrana diseñada por los aerodinamicistas de la fábrica de Milton Keynes para adaptarse a la nueva normativa que limita a 55 centímetros la altura de la nariz del bólido, en la zona más alejada del piloto, respecto al suelo. La mayoría de equipos, a excepción de McLaren, ha optado por un contundente corte que genera un evidente (y bastante antiestético) desnivel. En el caso de Red Bull, esa hendidura es mucho más suave y trabajada, con una pequeña apertura que, seguramente, también permita mejorar el flujo de aire y su índice de penetración.
Por lo demás, el material gráfico suministrado hasta ahora no permite ir mucho más allá, aunque es evidente que la tropa de Newey habrán tenido que buscar la forma de encajar el coche al revisado reglamento que prohíbe el uso de los escapes sopladores, dirigiendo ahora los gases más hacia arriba (pueden jugar con un ángulo de 30 grados en el plano vertical y de 10 grados en el horizontal), además de buscar la máxima carga aerodinámica a fuerza de tratar de facilitar la circulación del flujo de aire. Queda escondida, como no podía ser de otra forma, la parte trasera de un monoplaza que mañana ya saltará a la pista para rodar en compañía del Ferrari F2012 y del McLaren MP4-27, las apuestas de los dos equipos que pretenden terminar con el dominio del búfalo rojo y de Vettel, su niño maravilla.
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