Dos pisotones, diferente respuesta
La explicación de Pepe, que califica su agresión sobre Messi como "un acto involuntario", contrasta con la disculpa inmediata de Juanito tras su ataque a Matthäus en 1987
Fue un 8 de abril de 1987. El Real Madrid afrontaba un exigente duelo de ida en las semifinales de la Copa de Europa frente al Bayern de Múnich, cuando un penalti señalado por el árbitro escocés Bob Valentine en contra del equipo blanco y una dura entrada de Chendo sobre Lothar Matthäus, mediocentro del conjunto bávaro, hicieron saltar la chispa. Fue un instante, un arranque de furia. Un cortocircuito que deparó una imagen registrada para siempre en la historia del fútbol. Juanito, leyenda madridista, arremetió con violencia contra el jugador alemán, tendido sobre el césped tras el empujón de su compañero. Primero le pateó la espalda y acto seguido, mientras Matthäus se retorcía de dolor, le rasgó la mejilla con los tacos. Manolo Sanchís, en segunda instancia, remató al pulmón del Bayern con un último pisotón en la rodilla. Juanito fue sancionado por cinco años en las competiciones europeas.
El pasado miércoles, casi 25 años después, los aficionados del Bernabéu fueron testigos de una acción similar durante el clásico copero entre el Madrid y el Barça. Callejón frenó un eslalon de Messi y La Pulga terminó volteada por los suelos. Como en su día lo hiciese Juanito, Pepe, camino de la jugada, estalló. El portugués, que ya había visto una cartulina amarilla por castigar el tobillo de Busquets, divisó la mano izquierda del argentino y la pisó. Pese a que el árbitro estaba muy cerca, el internacional luso no fue expulsado. Las cámaras de televisión, sin embargo, recogieron la imagen y reflejaron la voluntariedad del central del Madrid, que anoche, a través de un escueto mensaje emitido por la web del club, calificó su acción como "un acto involuntario" y pidió disculpas al delantero azulgrana. "Si Messi se siente ofendido le pido disculpas porque lo que pretendo es defender a mi equipo y a mi institución. Me entrego en cuerpo y alma, jamás se me pasa por la cabeza hacer daño a un compañero de profesión", justificó Pepe, que en su etapa en Chamartín ya ha protagonizado otros incidentes sobre el campo, como su baile sobre Casquero, del Getafe.
Pese a las críticas recibidas y la repercusión internacional que ha tenido el pisotón, reflejado por la mayoría de los periódicos europeos en sus páginas deportivas, el zaguero no ha recibido castigo alguno por parte del club. "No he visto nada. Tengo que verlo", explicó su técnico, José Mourinho, en la comparecencia ante los medios después del partido; "ha hecho un gran trabajo. Si ha pasado algo, yo no lo he visto". Cuestionado de nuevo por la acción, reconoció: "Si es intencional, sí es sancionable". Más rotundo se mostró su compatriota Carvalho: "Es duro, pero es limpio y leal". También volcánico, al que como a Juanito, sus compañeros de vestuario le tenían por un hombre de buen corazón, carente de malicia.
La "involuntariedad" que transmite Pepe en su mensaje, colgado anoche en el web del Madrid, y la enigmática respuesta del club blanco, contrastan con las palabras que vertió en su día Juanito, sobre el mismo césped del Olímpico de Múnich. "En mi carrera deportiva he tenido dos 'yo'. Hoy ha podido el 'yo' malo, el 'yo' irracional, y he cometido una torpeza de la que estoy completamente arrepentido. Siento haber hecho eso al jugador. He metido la pata, he cometido una torpeza, pero aquí el único equivocado es uno. Me maldigo, maldigo ese comportamiento tan irracional que lo había domado, lo había tratado de educar durante unos años... pero hoy ha vuelto a salir otra vez. Lo siento", expuso el jugador malacitano, que regaló posteriormente a Matthäus un capote y un estoque de torero.
Frente al silencio institucional de la cúpula actual, los dirigentes del Madrid actuaron con menos tibieza en aquella ocasión y mostraron la puerta de salida al futbolista, que abandonaba el club poco después con cinco Ligas, dos Copas de la UEFA, otras dos Copas del Rey y un pichichi en su expediente. Juanito y Pepe, dos pisotones, dos imágenes que quedarán registradas en las retinas. Dos respuestas diferentes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.