Un español en cuartos

Retumban las manos contra la chapa de las vallas, igual que si fuera un partido de fútbol. Suena el "yo soy español, español", y Nicolás Almagro besa con incredulidad el centro de su raqueta, donde va escrito el nombre de su novia y el de sus padres, donde está dibujada la bandera de España, donde está su mundo y su todo. El murciano acaba de conseguir un punto increíble. Se ha clasificado (7-6, 6-2 y 6-4 al suizo Wawrinka) para los octavos del Abierto de Australia. Su cita en esa ronda con el checo Tomas Berdych es el rumor que anuncia la llegada de una zona del cuadro plagada de españoles: tras arrollar (6-2, 6-4 y 6-2) al eslovaco Lacko, Rafael Nadal también jugará los octavos, contra Feliciano López (6-3, 6-7, 6-4, 6-7 y 6-1 al estadounidense Isner). Eso asegura que uno de ellos dos competirá en cuartos por pasar a semifinales.

Por un día, en el Abierto de Australia cambia radicalmente el escenario. Es tenis de invierno, plomizos los cielos, bajas las temperaturas. Así se juega el viernes en la alocada Melbourne, donde el tiempo es garantía de sorpresas y pone siempre a prueba la preparación de los tenistas. A la espera de un fin de semana de temperaturas extremas, Almagro avanza con paso seguro y entre tremendos golpetazos. "¡Bocata de jamón!", grita el miércoles el murciano, riéndose de su banquillo cuando ve que no le entienden cuando pide una pastilla. "¡Ambición!", grita ayer sin abrir la boca, porque sus tiros planos, puñetazos en los costados de Wawrinka, hablan de un tenista que lo quiere todo.

El murciano sueña con hacerse un nombre en pista rápida, con que su apellido provoque tanto miedo en cemento como sobre arcilla. Nadal, que es el número dos mundial y ya ha conquistado diez grandes, que ya ha conseguido lo que él ambiciona, se ilusiona con otras cosas. "¿Habiendo conseguido tantos títulos y siendo tantos sus éxitos, qué querría lograr, qué le falta todavía, qué ambiciona?", le preguntaron. "No he ganado el Abierto de Australia 2012. Me gustaría eso", avisó con una carcajada cómplice.

Se juega en Melbourne. Nadal siente que está en el nivel adecuado para optar al título. No es el único: "Un buen día en la oficina", resumió el suizo Roger Federer su jornada (7-6, 7-5 y 6-3 al croata Karlovic), burocrático y tan tranquilo como para que se atreviera a golpear un revés a dos manos.