El novato se gradúa
El Bilbao hace historia al acceder al Top 16 de la Euroliga y apea de ella por primera vez al Baskonia en un tenso derbi (77-72)
El Bizkaia y el Baskonia hicieron historia al mismo tiempo ayer por motivos bien diferentes. El equipo de Katsikaris inició ayer una nueva era al pasar a la segunda fase de la Euroliga, competición en la que se estrena este año. Mientras, los alaveses se apearon por primera vez de la competición europea al perder en Miribilla y hacerlo también el Cantú ante el Fenerbahçe.
Este duelo inédito tuvo, pese a su singularidad, los ingredientes habituales. El pase a la segunda fase de la Euroliga citó a dos vecinos diferentes, pero con mucho en común, como el carácter entregado y luchador para plantar cara a los trances más complejos. También tuvo la tensión acumulada y el derroche defensivo que ambos equipos son capaces de armar.
GRESCAP BILBAO, 77; CAJA LABORAL, 72
Gescrap Bizkaia: Jackson (8), Blums (11), Mumbrú (10), Banic (18) y D'or Fischer (6) -cinco inicial-; Josh Fisher (-), Grimau (4), Vasileiadis (7), Hervelle (7) y Mavroeidis (6).
Caja Laboral: Prigioni (13), Ribas (10), San Emeterio (-), Teletovic (12) y Mirko Bjelica (15) -cinco inicial-; Heurtel (-), Oleson (10), Nemanja Blelica (8) y Golubobic (4).
Parciales: 20-20, 20-14, 18-18, 19-20.
Árbitros: Grzegorz Ziemblicki (POL), Nicola Maestre (FRA) y Eddie Viator (FRA). Sin eliminados.
10.000 espectadores en el Bilbao Arena de Miribilla.
Ambos equipos saltaron a la cancha con sus líneas defensivas bien apretadas, durísimas, lo que impidió que los puntos abundaran. Solo escaparon del marcaje, por listos y por rápidos, Pablo Prigioni y Milko Bjelica, que aprovecharon bien las frecuentes pérdidas de balón del rival. Tan habituales son que el Bizkaia ostenta el primer puerto de la clasificación de la ACB en dicho capítulo.
La capacidad de nadar en las aguas más turbulentas, de la que pueden presumir ambos equipos, les permitió hacerse pequeños huecos para ir minando al otro. El Baskonia, acostumbrado a duelos de alto voltaje y a ganar a los bilbaínos en choques decisivos, quiso impresionar a los de Katsikaris con su fina puntería desde la línea exterior y lo consiguió. Nemanja Bjelica anotó dos triples tan redondos que los aplaudieron con sincera admiración hasta los aficionados bilbaínos.
Blums, irreconocible en su labor recolectora de ocasiones, dejó el camino abierto a un paciente Aaron Jackson, que logró dejar reflejado un 20-20 en el marcador final del primer cuarto.
La infranqueable puerta de los alaveses añadió otro candado cuando Oleson entró en escena con su cara de bueno armado de malévolas intenciones desde la línea de triple. El Bizkaia, sin embargo, resistió el hostil juego orquestado por Ivanovic, muy similar al desplegado ante el Barça el pasado domingo, y sacó la cabeza con Hervelle y un Banic estelar haciendo horas extras.
Tras el descanso, el Bizkaia obsequió al respetable un festival de triples a coro entre Mumbrú y Blums y con destellos sensacionales del veterano Banic que otorgaron a los bilbaínos once puntos de tranquilizadora ventaja. Al Baskonia le pasó lo que en la ida, pese a que la veteranía es un grado, el ímpetu de querer hacer historia trituró sus opciones.
"Hemos perdido en casa"
Lo explicaba Dusko Ivanovic con una voz entrecortada, pero tajante. "Lo que no hemos conseguido lo hemos perdido en casa, sobre todo en el partido ante el Bizkaia en aquellos dos minutos fatales". Ivanovic no quería agarrarse a explicaciones extemporáneas, arbitrales o circunstanciales para argumentar que el Baskonia por primera vez se quedara fuera del club de los 16 de la Euroliga cuando es un equipo con mando en plaza. "Siempre nos ha faltado un poco más", decía, "tanto en algunos partidos como en el de hoy que hemos estado ahí pero nos ha faltado ese momento final para imponernos". Ni siquiera quiso agarrarse a la presunta desidia del Cantú, ya clasificado de antemano, ante el Fenerbahçe, que le ganó en Italia y de paso condenó al equipo vitoriano. "El Cantú ha ganado muchos partidos y también tiene derecho a perder uno".
Nada de disculpas. Como Katsikaris que alabó el orgullo de su equipo y valoró su victoria en toda la medida que tiene "por haber derribado a un rival con una experiencia tremenda. Un rival que tiene motivos para sacar pecho, pero no porque sí, sino por su calidad", afirmó el técnico griego.
Todo al final conducía al famoso triple de Basile, del Cantú, que parecía eliminar al Gescrap y del que se rehizo en Estambul y sobre el que se construyó ayer en Miribilla. "Entonces, con aquel triple, parecía que estábamos sentenciados pero yo estaba convencido del orgullo de esta plantilla, de su coraje, de su capacidad de recuperación. Y aquí estamos tras un partido intenso. Ahora nos toca enfrentarnos a equipos muy grandes. Y eso es un premio para nosotros y para esta afición que una vez más ha sido el sexto jugador que todo equipo necesita". Todo unido suma mucho. Y el Gescrap vuelve a hacer historia tras la Liga. El Baskonia, también.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.