La fiesta no decae

No todos los nba del Madrid se han marchado a Estados Unidos. Les queda fundamentalmente uno: Nikola Mirotic. Ya tendrá tiempo de hacer las Américas. Mientras tanto, está llamado a liderar a su equipo y no rehúye la responsabilidad. El conjunto blanco tiene una joya que reúne genialidad y carácter y que ha dado un paso al frente en un momento emblemático. Con 20 puntos, ocho rebotes y seis faltas recibidas, para un 29 de valoración, lanzó a los suyos a otra victoria en la frontera de los 100 puntos, la tercera en nueve jornadas de competición.

La resolución del lockout ha dejado a sus rivales europeos más huérfanos que al Madrid. Si la semana pasada era el Maccabi el que se presentaba en la Caja Mágica sin Farmar, ésta era el Partizán el que llegaba sin Pekovic. El tanque montenegrino, que martirizó al Madrid en Belgrado con 20 puntos, voló de vuelta a Minnesota y el conjunto blanco se libró de un coco. Con el viento a favor y sin tamaña oposición, los blancos celebraron otro guateque en casa.

El conjunto de Laso se maneja con solvencia arropado por su público. Sin rastro de la controversia que el curso pasado provocaba la Caja Mágica como escenario, el jolgorio de los aficionados ratifica que el problema era más de contenido que de continente. Ahora se divierten con un equipo, que a pesar de su borrón en el derbi, se encuentra en estado de gracia. Solo así se explica un primer cuarto excelso en el que los blancos anotaron 27 puntos, con tan solo dos fallos en 19 lanzamientos a canasta.

Desde el salto inicial, Mirotic comenzó a exhibir su talento academicista, Sergio Rodríguez el buen tono de su batuta, Felipe Reyes su entrega sin medida y Carroll su pulso impecable (fue el máximo anotador del partido con 22 puntos). A ellos se les unió Kyle Singler al que todos se esmeran en integrar a la velocidad de la luz. Pero, mientras cuaja el nuevo, es Mirotic el que reclama los focos que se habían guardado en el trastero tras la marcha de Rudy e Ibaka. El montenegrino de nacionalidad española, que en las cuatro primeras jornadas tenía una discreta hoja de servicios con 6,8 puntos y 2,3 rebotes de media por partido, ha disparado su producción e influencia en los últimos encuentros. Se maneja con tanta capacidad e inteligencia que sus compañeros se entregan sin remilgos a su lucidez. En otra clase magistral, como la que dio ante el Maccabi, firmó 10 puntos sin fallo y 6 rebotes al descanso (20 y ocho al final). Tiene buenos maestros y, puestos a dar ejemplo, Felipe siempre es el primero. El capitán blanco con otros 15 puntos y siete rebotes, lideró junto a Mirotic otro alarde ofensivo cimentado en una meritoria defensa.

Enfrente, el Partizán se jugaba gran parte de sus opciones en la competición, pero sin el cobijo de Pekovic se ha quedado tiritando, desnudo y a la intemperie. Solo Macvan fue capaz de sostener a los suyos en defensa y en ataque durante el primer acto. El Partizán apenas dominaba el capítulo de los rebotes ofensivos. Pero el ritmo del Madrid es tan intenso y constante que el marcador se descose por pura inercia. A la vuelta de los vestuarios, ocho puntos consecutivos de Tomic y un nuevo triple de Mirotic situaron la diferencia por encima de los 21 puntos (63-42 a 6m 30s para el final del tercer cuarto). Tiempo para el rodaje de Velickovic, que regresaba tras su lesión y al que Laso espera recuperar para la causa.

Sin noticias de Law y a pesar del esfuerzo de Katic y Lucic, el Partizán bajó los brazos entre la desesperación y la impotencia y el Madrid rescató el rodillo. El Efes cayó por 20 puntos (104-84), el Maccabi por 24 (88-64) y el Partizán por 18. Sensaciones inmejorables para afrontar el top 16 sin complejos. La fiesta no decae.