El tanto más rápido
Benzema tardó veintiún segundos en batir a Valdés
El gol más rápido de todos los clásicos jugados es el que marcó anoche Benzema. Veintiún segundos tardó el francés en superar a Valdés. Muchos estaban todavía guardando las banderitas blancas del mosaico cuando el portero del Barça falló y entregó la pelota a Di María. Se equivocó Valdés y su error permitió al Madrid ponerse por delante en el marcador. Di María se encontró con un balón inesperado en los pies y chutó contra un defensa. Özil recogió el rechazo, pero también chutó contra un defensa. La pelota rebotó de nuevo y Benzema no falló. No llevaba el partido ni siquiera 30 segundos y el Madrid ya ganaba.
Solo una vez había marcado el Madrid a su máximo rival antes de que se cumpliera el primer minuto de juego. Y ese era hasta ayer el gol más rápido de un clásico: lo marcó Chus Alonso en 1940. Tardó 40 segundos y los blancos acabaron ganando (2-1).
Fue en la temporada 1976-77, también el Bernabéu, aunque el gol de Pirri tampoco dio la victoria a los blancos (1-1). El gol de Benzema fue tan veloz que se lo perdió Tito Vilanova, que se sentó en el banquillo justamente después de que lo marcara. El segundo de Pep Guardiola evitó a los fotógrafos y prefirió una entrada al césped en segundo plano. Volvió anoche a los banquillos tras ser operado de un tumor. El miércoles se reincorporó al trabajo y ayer viajó a Madrid. No lo hizo con el equipo porque los médicos no le permiten subirse a un avión (no viajará a Japón para el Mundialito). Se desplazó a la capital en tren con su esposa.
Se reencontró Guardiola con su hombre de confianza cuando Sandro Rosell pedía a Florentino Pérez, en la comida de las directivas, que mandara retirar una pancarta. El Bernabéu había amanecido con el mismo mensaje que ondea desde hace meses: "Mou, tu dedo nos señala el camino". El presidente de la peña La Clásica siempre negó que se refiriera a la agresión a Vilanova. Pero apareció después de que Mourinho le metiera un dedo en el ojo al segundo de Guardiola en la vuelta de la Supercopa. Un par de días después, en el Trofeo Bernabéu, Mourinho, que entonces no pidió disculpas a Vilanova, se encontró con ese mensaje. Anoche ya no. A petición del Barça, el Madrid retiró la pancarta antes del partido. Y en los minutos finales Mourinho se acercó al banquillo del Barça para dar la mano a Vilanova.
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