McIlroy y Quirós comparten liderato en Hong Kong

Rory McIlroy tiene 22 años, mide 1,75m y pesa unos 73 kilos. Es el número dos del mundo, esta temporada ha ganado su primer grande, el Abierto de Estados Unidos, y es uno de los señalados como las estrellas del futuro.

Álvaro Quirós tiene 28 años, seis más que su colega norirlandés, es un tallo de 1,91m y pesa 85 kilos. Mientras McIlroy es puro talento, el mejor ejemplo del jugador natural, de movimientos que parecen salirle solos, el gaditano es el prototipo de pegador que utiliza su cuerpo como una polea para mandar la bola a gran distancia. Lo mejor de su curso ha sido la victoria en febrero en el Open de Dubai y su liderazgo en el Masters de Augusta en la primera jornada... empatado con McIlroy. Quirós vivió entonces su momento de gloria, aunque no aguantó el tirón en el siguientes días, y McIlroy se desinfló en la última jornada cuando los sastres de Augusta ya tomaban medidas para enfundarle la chaqueta verde. Su primer grande llegó poco después, en Estados Unidos.

Los dos golfistas han vuelto a reunirse ahora en lo alto de tabla. En el Abierto de Hong Kong, después de la segunda jornada. Sus tarjetas han sido calcadas: 64 golpes en el primer día, 69 en el segundo, para un total de 133. El pequeño genio norirlandés persigue el número uno mundial (curiosamente el puesto que ocupa su novia, Caroline Woznacki, en el tenis femenino). El trono de Luke Donald está a tiro. Un triunfo en Hong Kong le situaría con posibilidades de ser el mejor del mundo la próxima semana, en la Carrera a Dubai, en los Emiratos Árabes, fin de la temporada. De momento debe vencer la resistencia de Quirós, número 50 del mundo, aparentemente emergiendo de nuevo tras sus lesiones en las muñecas. "No he jugado tan bien como el primer día", dijo pese a todo Quirós, fallón con el putt en la segunda vuelta.

En la sombra se mantiene también Miguel Ángel Jiménez, quinto a dos golpes y tras firmar en la segunda jornada el par del campo (70 golpes). Chema Olazábal pasó el corte, como ya consiguiera en Valderrama, mientras que Alejandro Cañizares, Pablo Martín y Pablo Larrazábal tuvieron que hacer las maletas.