Un boquete de seis puntos

"Queda mucha Liga", repetían el sábado con insistencia los miembros de la expedición del Barcelona tras caer ante el Getafe (1-0). "Competimos contra un gran rival y tendremos pocas oportunidades de fallar otra vez", añadió el técnico, Pep Guardiola, consciente de que la distancia que les separa del Real Madrid acababa de crecer hasta los seis puntos (28 por 34), algo que no se veía desde 2008. Ningún equipo dirigido por José Mourinho, entrenador blanco, ha desperdiciado nunca una renta de al menos tres puntos para acabar siendo campeón. Y la última vez que los azulgrana le recortaron una ventaja de seis al Madrid para acabar ganando la Liga, Guardiola era un chaval de 21 años que no había jugado ni medio centenar de partidos como culé. Corría 1992 y Johan Cruyff se sentaba en el banquillo del Camp Nou.

Es la primera vez que el técnico de Santpedor se enfrenta a una situación similar desde que se hizo cargo del primer equipo azulgrana en 2008. Campeón en sus tres primeros cursos, el Barça nunca había sacado menos de 30 puntos en los primeros 13 partidos de la Liga. Se había dado, de hecho, una progresión positiva: 32 puntos en la campaña 2008/09 -la del triplete-, 33 en la 2009/10 y 34 en la 2010/11. Una progresión que cortan de raíz los actuales 28 puntos, seis menos que hace un año. La situación llama aún más la atención si se tiene en cuenta que el equipo ha mejorado este año en casi todos los aspectos que definen su fútbol. En los 13 primeros partidos, ha tenido una posesión media del 72,44%, varios puntos por encima de los cursos precedentes (el mejor año de Guardiola hasta ahora había sido 2010, con un 69,93%). Lo mismo ocurre con el número de pases. Los azulgrana han dado 9.978 (la mejor cifra con el técnico eran 8.739, también en 2010). Y solo habían tirado más a puerta en 2008, cuando marcaron 40 goles, frente a los 38 actuales.

La consecuencia inmediata del peor arranque de la era Guardiola en lo que a puntos se refiere es que el Madrid, habiendo sumado lo mismo que en el curso pasado a estas alturas, dispone ahora de una ventaja excepcional. Los de Mourinho, no obstante, tampoco han rentabilizado con más puntos su mejoría en aspectos como la posesión (62,95% de media frente al 57,67% del curso pasado) y los pases (7.524 por 6.337). Sí que han afinado más su puntería, sin embargo. Con un tiro menos, han marcado 13 goles más que en 2010 (46 en total).

El reto de la remontada es algo totalmente nuevo para el técnico azulgrana, de la misma forma que el actual Madrid afronta como una novedad la gestión de una ventaja así sobre los culés. Desde que Guardiola entrena al Barça, los blancos nunca habían llegado a estar a más de una victoria de distancia. La mejor renta de los merengues habían sido los dos puntos que les sacaron a sus rivales entre las jornadas dos y seis del primer año del de Santpedor. En Chamartín, no volvieron a gozar de una diferencia así hasta la segunda fecha del presente curso, y no la incrementaron hasta principios de noviembre, cuando se pusieron a tres. El sábado, la duplicaron, saltando cuatro años hacia atrás en el tiempo.

La última vez que el equipo blanco tuvo una ventaja exacta de seis puntos sobre el Barcelona fue en la jornada 22 de la temporada 2007/08, un curso de infausto recuerdo para el cuadro catalán. Con Bernd Schuster y Frank Rijkaard en los banquillos, a los de Chamartín les sobraron tres partidos para proclamarse campeones de una Liga en la que acabaron 18 puntos por encima del eterno rival. No tuvieron opciones de recortar entonces los azulgrana, que estaban en cuesta abajo. Sin embargo, en la historia reciente de la rivalidad entre los dos grandes del fútbol español existen remontadas memorables que pueden alimentar el optimismo culé. En 2007, por ejemplo, el Madrid de Fabio Capello le recortó seis puntos al Barcelona en una recta final de Liga para el recuerdo. Un año antes, fue el Barça de Rijkaard el que se proclamó campeón después de haber estado cinco puntos por detrás de los blancos. La remontada más excepcional de la última década la protagonizó el propio holandés en su primer curso como azulgrana (03/04), cuando le recortaron 18 puntos a su máximo rival. El campeón, eso sí, fue el Valencia.