El Málaga vence entre dudas

Romaric se quedó con el ojo derecho hinchado como un huevo tras recibir un balonazo dentro del área y Delgado Ferreiro, a instancias de su asistente, pitó un penalti que nadie más vio en La Rosaleda.

Fue la jugada decisiva de un partido en el que el Málaga retomó la senda del triunfo después de tres derrotas consecutivas con nueve goles en contra y ninguno a favor. No desentonó el Espanyol, al que tumbó una jugada más que discutible. A medida que avanza la competición, el conjunto de Pellegrini no acaba de definirse, encorsetado en un papel de equipo grande por la inversión realizada en verano y al que sostienen apariciones fulgurantes y esporádicas. Unas de Joaquín, otras de Cazorla, a veces de Rondón, pero ninguna apariencia de equipo sólido, con un estilo definido, capaz de dominar los partidos. Le tocó lidiar con un Espanyol aplicado que tuvo arrestos para buscar la portería de Caballero con el resultado adverso. Finalmente, los de Pellegrini sortearon su mala racha y viven en zona europea mientras definen su personalidad futbolística.

Era un duelo de contrastes que medía estados anímicos opuestos. El Málaga exigido por su nueva condición, con el desasosiego de responder a la inversión y las expectativas. El Espanyol de Pochettino dando vuelo al milagro de pelear por Europa con un presupuesto mucho más limitado. Pellegrini, que no lo ve claro, dejó en el banquillo local a Van Nistelrooy, mientras que los visitantes refrescaban su pizarra con la entrada de Weiss y Dátolo, jugadores rápidos para sorprender a la defensa del Málaga.

Sin embargo el que sorprendió de inicio fue Monreal por la banda izquierda para dar el gol en bandeja a Rondón antes de que el Málaga cediera el balón al Espanyol. El conjunto catalán, tan técnico como inofensivo, dejó los espacios para que Joaquín, que jugó de segunda punta, encontrara una conexión más que fructífera con Rondón. Cristian Álvarez salvó dos goles cantados al venezolano, el Espanyol respiró y fue capaz de sobreponerse con un gran remate de Álvaro al filo del descanso. El canterano, con hambre de gol, se redimió de su actuación ante el Betis, cuando buscó con ahínco un tanto que ayer le llegó cuando nadie lo esperaba. Perdido sin el balón, el Málaga se sintió incómodo ante el dominio de los de Pochettino.

Al ritmo de Verdú, el equipo andaluz hacía aguas en el eje Toulalan-Duda, sin fluidez para crear ni consistencia para defender. Caballero estuvo providencial en un jugadón de Sergio García, aunque el choque acabó por resolverse tras el pelotazo al rostro de Romaric.

Málaga 2 - Espanyol 1