Elegante y profesional
España, más superior por juego que por goles, se impone fácilmente a la República Checa
Como juez y parte del grupo, España compareció obligada a jugar en Praga contra la República Checa como si en vez de afrontar un trámite, clasificada como está ya para la Eurocopa del próximo verano, le fuera algo trascendente en el envite. Llamó Casillas a los suyos a ser muy profesionales en la gestión del partido y la tropa le acompañó desde el principio. Un gol de Mata y otro de Xabi Alonso fueron suficientes para que España solucionara la visita a una ciudad donde nunca antes había ganado. Con la de Praga suma 21 victorias consecutivas en fase de clasificación y ha ganado todos los partidos oficiales que ha jugado desde la derrota ante Suiza que abrió el Mundial de Sudáfrica.
República Checa, 0 - España, 2
República Checa: Cech; Gebre Selassie, Hubník, Sivok, Kadlec, Pudil; Tomas Hubschman, Kolar (Vacek, m.77), Jirácek, Rosicky; y Milan Baros (Pekhart, m.63).
España: Casillas; Sergio Ramos (Puyol, m.46), Raúl Albiol, Piqué, Arbeloa; Busquets, Xabi Alonso (Javi Martínez, m.71), Xavi; Silva, Mata y Fernando Torres (Villa, m.61).
Goles: 0-1, m.6: Mata. 0-2, m.23: Xabi Alonso.
Árbitro: Paolo Tagliavento (ITA). Expulsó a Hubschman por roja directa en el minuto 70.
Incidencias: encuentro correspondiente a la penúltima jornada de la fase de clasificación a la Eurocopa 2012 disputado en el estadio Letna ante 17.873 espectadores.
Como suponía Del Bosque, la República Checa salió dispuesta a trabajarse los puntos que necesita para seguir soñando con jugar la Eurocopa y con un plan muy claro. Michal Bilek llenó el centro del campo con la intención de robar y salir zumbando, pero le salió mal, porque España escondió la pelota y no la vieron nunca. Xavi marcó el paso y España jugó sus cartas con sutil elegancia. Montó un rondo enorme, hizo correr la pelota y al tiempo, a sus rivales, casi siempre tocando de primera y mucho al pie, porque el dispositivo de los locales no daba para encontrar espacios en profundidad.
No tardó nada Xavi en encontrar la rendija para el pase que desatascó el partido. Apenas cinco minutos y dejo sólo a Mata ante Cech. No perdonó el delantero del Chelsea a su compañero en Stamford Bridge y a partir de ahí todo fue descaradamente cuesta abajo para los españoles.
Un cuarto de hora después, Xabi Alonso zanjó la cuestión con un gol que culminó una excelente combinación de Torres con Silva, que asistió finalmente al mediocentro tolosarra. Dos llegadas, dos goles; tampoco se necesitó más, aunque bien es cierto que Javi Martínez estrelló un balón al larguero en el segundo tiempo.
En teoría había partido, por eso de la trascendencia de los puntos para los locales, pero España jugó muy bien y se lo quedó todo de buenas a primeras. Trabajó mucho en la presión adelantada y descansó con el balón, al ritmo cadencioso que le impuso siempre Xavi. Asentado sobre la solvencia de Piqué y Albiol, que formaron pareja como centrales, el equipo fue de Busquets a Torres un remolino de pases, por donde zumbaron Silva y Mata con venenoso aguijón. Andan finos, pidiendo paso los dos jugando con verticalidad, movilidad y generosidad.
Del Bosque ha conseguido algo importante, como es que, juegue con quien juegue, la selección sea solvente y reconocible de principio a fin, justo lo que se espera del campeón del mundo. Incluso cuando aparecen mayoría de jugadores del Madrid -cinco por tres del Barça-, el gusto no varía y la intención, menos. Se demuestra que en la plantilla de Mourinho hay calidad de sobra como para no necesitar de tanta tensión ni tanto músculo para jugar a futbol. A la vera de Xavi, también es verdad, todo parece más fácil. Entonado como está el centrocampista catalán, jugó silbando y el equipo bailó al son que él marcó.
El carrusel de juego no cesó ni cuándo Del Bosque le metió mano al partido en el descanso. Quitó a Ramos, y metió a Puyol para recuperar la dupla con Piqué que tanto añoraba y al tiempo, probar a Albiol como lateral derecho. Tampoco notó el juego que Martínez saliera por Alonso.
España siguió por los mismos derroteros del primer tiempo, dejando la sensación de que no metió más goles porque no lo necesitó, lo que hizo largo un partido que terminó de matar la expulsión de Hubschman, ganada a pulso por una violenta e innecesaria entrada a Alonso. Se rindió la República Checa ante España, que despachó con profesionalidad y elegancia el partido.
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