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Parker y Batum meten a Francia en la final

El rebote y la fantástica actuación de los 'nba' eliminan a Rusia

Francia, gracias a una soberbia actuación de Tony Parker y Nicolas Batum, venció a Rusia por 79-71 y se jugará el título ante España. Será una final inédita porque es solo la segunda vez que los franceses llegan al último peldaño para aspirar a una medalla de oro que no han conseguido nunca. La anterior ocasión que estuvo en la final, además, se remonta a 1949 y perdieron ante Egipto, que entonces competía en Europa.

Es un caso extraño si se tiene en cuenta el notable potencial y tradición del baloncesto francés. No le han faltado excelentes generaciones de jugadores, pero muy pocas veces han sabido expresar en la cancha su potencial. Esta vez se han salido con la suya. Derrotaron a una Rusia que había completado un torneo impecable, ganando todos los partidos y ofreciendo un excelente nivel de juego. Pero esta vez no pudieron con Parker y Batum y también pagaron su inferioridad en el rebote. Lograron 14 rebotes más los franceses, ocho de ellos de Joakim Noah, una incorporación que le ha venido como anillo al dedo al equipo de Vincent Collet.

FRANCIA, 79-RUSIA, 71

FRANCIA: Parker (22), Batum (19), Diaw (6), Pietrus (4), Noah (7 ) -equipo inicial-; Kahudi (2), Traoré (8), De Colo (9) y Gelabale (2).

RUSIA: Bykov (7), Ponkrashov (0), Kirilenko (21), Khryapa (9), Mozgov (12) -equipo inicial-; Vorontsevich (0), Fridzon (3), Shved (7), Antonov (4) y Monya (8).

Árbitros: Lamonica ( Italia), Belosevic (Serbia) y Pilipauskas (Lituania).

Kaunas Arena. 12.000 espectadores. Semifinal del Campeonato de Europa. Francia y España disputarán el domingo la final (20.00, La Sexta).

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Los franceses dominaron durante casi todo el partido aunque Rusia, durante muchas fases, dio la sensación de que podía darle la vuelta a la tortilla. Pero no pudo con la inagotable energía de Parker, que sumó 22 puntos, tres rebotes, tres asistencias y cuatro robos de balón. Un triple suyo abrió la primera diferencia importante (39-31). Entonces, el equipo ruso reaccionó de una forma espectacular, con una grandiosa defensa. Llegó a empatar a 45. Pero Francia demostró muchos recursos y algo de lo que carecía hace tiempo: consistencia.

La contribución de Batum resultó muy importante en los momentos más críticos. Sus 19 puntos, siete rebotes y cuatro asistencias hicieron mucho daño a la defensa rusa que se desgastó hasta llegar al agotamiento. Traoré puso la máxima ventaja en el marcador para el equipo francés, 61-49. Respondieron Kirilenko, que concluyó con 21 puntos, y Monya, pero los franceses administraron con autoridad su ventaja. El público lituano concluyó coreando el nombre de la selección de casa. Ni le iba ni le venía la semifinal pero sin duda recordaba la bufonada del equipo francés que, en la segunda fase, en Vilna, reservó a Parker y Noah y se dejó ir sin ningún tipo de vergüenza para evitar, con la derrota ante España (69-96), un posible cruce con Lituania. Al final no se hubiera producido, porque Macedonia eliminó a Lituania.

Ahora, en la final, todo será diferente. Por supuesto, Francia pondrá toda la carne en el asador y también a tres jugadores que no utilizó con ocasión de su bufonada: Parker, Noah y también Gelabale, recuperado de una lesión en un tobillo. La final promete.

Los jugadores de Francia celebran una jugada en el banquillo.
Los jugadores de Francia celebran una jugada en el banquillo.GEORGI LICOVSKI (EFE)

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