'El Corcho' Fernández Lobbe siempre sale a flote
El 'flacker' argentino, un ejemplo de superación desde su infancia, asumió ante Rumanía (43-8) la capitanía de los Pumas tras la lesión de Contepomi
Argentina destrozó a Rumanía (43-8) en su segundo partido del Mundial y ante la ausencia de su capitán Felipe Contepomi, que se terminó maltrecho ante Inglaterra con una fisura en la costilla, se agarró a Juan Martín Fernández Lobbe, El Corcho, para superar a la delantera rumana.
A Fernández Lobbe le apodaron El Corcho desde bien pequeño porque era "regordete y cabezón", como un corcho de una botella de sidra, pero bien se lo podrían haber puesto por su espítitu para salir a flote de situaciones difíciles. Cuando tenía poco más de un año de edad, le detectaron un tumor óseo que supero tras una complicada doble operación. De aquel cáncer solo queda como recuerdo unas cicatrices en las piernas, como atestigua su contrastada carrera como rugbier. Este año, no solo se ha proclamado campeón de la Primera División francesa con el Stade Toulousain, sino que se ha ganado una renovación de tres años.
Ferviente hincha de Boca, Juan sigue los pasos de su hermano Nacho, que defendió la camiseta de los Pumas en los Mundiales de 1999, 2003 y 2007. Ambos hermanos coincidieron tanto en la selección, desde el debut de Juan en 2005, como en el Sale Sharks inglés. En su segunda temporada en Inglaterra, Juan ya consiguió entrar en el XV ideal de la máxima competición sajona.
Su experiencia le otorga la condición de indiscutible con Argentina. Jugó todos los minutos posibles en el pasado Mundial y disputado 18 de los 19 partidos internacionales desde que Santiago Pelham se hizo cargo de los Pumas. Su única ausencia fue en junio de 2008 y porque se casaba.
Llegó tocado al torneo: "Hace tres meses me sentía mal, por culpa de una pubalgia, no llegaba bien físicamente". Pero, una vez más, como siempre, se rehízo y contra Inglaterra jugó todo el partido y se echó el equipo a la espalda cuando Contepomi se retiró lesionado.
Frente a Rumanía, asumió la presión: "Estamos contra la espada y la pared. Pese a jugar bien contra Inglaterra, perdimos [13-6] por errores propios. No nos queda otra que ganar". Lo hicieron de manera contundente.
