Alonso echa el freno de mano

En Ferrari no parecen ponerse de acuerdo acerca de la estrategia a seguir en términos de comunicación, ahora que las opciones de coronarse campeón que le quedan a Fernando Alonso han quedado prácticamente reducidas a cenizas. Faltan siete pruebas para que el Mundial eche la persiana en Brasil, 150 puntos en total, y el español circula el tercero en la clasificación general, a 102 del líder, el alemán Sebastian Vettel. Este fin de semana se disputa el Gran Premio de Italia, una cita marcada con una gran X en el calendario de la Scuderia, por más que en el departamento de carreras de la marca de Maranello piensen más en el proyecto del próximo curso que en el del actual. En ese sentido, los hay atrevidos de verdad, como Stefano Domenicali, el máximo responsable del equipo, pero también los hay, como Alonso, que prefieren dar un paso atrás antes que tener que verse obligado a zamparse alguna bravuconada.

El caso es que Domenicali aprovechó esta semana para lanzarse al ruedo y aseguró que las penurias a nivel de resultados que han condenado a la marca de il cavallino rampante verán su fin en São Paulo, y que Ferrari afrontará el próximo campeonato con un grupo temible, que se prepare la competencia. "Puedo parecer un poco loco, pero estoy convencido de que estamos poniendo las bases para una estructura imbatible", dijo a La Repubblica el jefe de los bólidos rojos. Y concluyó: "Alonso cree en ello. Se encuentra en el pleno de su carrera y ha renovado hasta 2016. Un ganador como él no se metería en algo así si no estuviera convencido". Para llegar a ello, Pat Fry, el director técnico, ya lleva días invertidos en el embrión del que será el monoplaza de 2012, aunque, según dice, tampoco ha dejado abandonado del todo el actual. "Dedico el 50 por ciento de mi tiempo a este año, un 25 por ciento al próximo y el 25 por ciento restante a la reorganización de la escudería", asegura este ingeniero británico que sustituye en el cargo a Aldo Costa desde el Gran Premio de Mónaco.

Aunque pueda parecer una paradoja, el más prudente ha resultado ser Alonso, al menos a la hora de prometer hazañas que aún no sabe si estará en condiciones de cumplir. "Estamos trabajando a tope para el próximo año con el objetivo de ser competitivos de buenas a primeras, esa es nuestra meta ahora y la que perseguiremos los próximos meses y también durante los ensayos invernales", arrancado ayer Alonso, que inmediatamente echó el freno de mano. "Pero en la F-1 estar cien por cien seguro de ello es imposible. Es una disciplina muy compleja, e incluso estando confiado, incluso trabajando 24 horas al día, cuando pones el coche en la pista en febrero, te llevas sorpresas positivas pero también algunas negativas. Vamos a esperar que con el empeño de todos podamos ser competitivos de entrada. Debería ser así porque tenemos el potencial y la gente indicada, gente con mucho talento, además de todos los elementos posibles para conseguirlo", concluyó el asturiano, un piloto que el año pasado logró que las gradas de este trazado de Monza estallaran al ver que su Ferrari cruzaba la meta como ganador.