Cavendish se marcha a casa
El velocista, reñido con las montañas, abandona la Vuelta en la primera etapa con final en alto y pocas semanas antes de participar en el Mundial
Menos que un suspiro ha durado Mark Cavendish en la Vuelta a España. Sin ni siquiera dar tiempo a que se disputase el primer sprint de la ronda, el que es considerado mejor velocista de la actualidad ha echado pie a tierra antes de subir a Sierra Nevada. Ha dicho adiós, además, a la posibilidad de inscribir su nombre junto al de Miguel Poblet, Pierino Baffi y Alessandro Petacchi, únicos ciclistas en la historia en ganar etapas en las tres grandes en una misma temporada. Rápido para todo, el de la Isla de Man ya dio muestras de debilidad en la etapa del lunes, cuando a las primeras de cambio se quedó cortado y llegó a la meta doce minutos después del vencedor. El calor y la tan tempranera montaña han podido con él. Se va, así, una de las atracciones de la Vuelta, que en el pasado Tour consiguió su primer maillot verde y que ya ha alzado los brazos en 20 ocasiones en Francia -cinco en la última edición-, siete en el Giro y tres en la ronda española.
Cavendish, de 26 años, se ha cansado de repetir que las cuestas y él no se llevan bien: "No puedo subir una montaña, pero si estoy bien colocado en los últimos 200 metros no hay nadie que me supere". Esos problemas en las etapas montañosas las conocen de sobra sus rivales. En el pasado Tour, sin ir más lejos, sus rivales José Joaquín Rojas y Martin Gilbert le acusaron de hacer trampas en las subidas a los puertos. "Cavendish lleva toda la vida remolcándose en los coches para subir. Por eso, Gilbert y yo hemos pedido que le siga una cámara por precaución, porque queremos un deporte limpio con el dopaje, pero también con otros asuntos", aseguró, muy enfadado, Rojas. También le acusó de lo mismo Fran Ventoso, pero en esta ocasión fue en el Giro. Cavendish no se calló: "Siempre es lo mismo. Si estoy mal, pero termino dentro del límite, significa que he hecho trampa. Yo reto Ventoso a pasar un día conmigo en el pelotón en una etapa de montaña".
En esta ocasión, no ha habido polémicas con su manera de subir, aunque hay quien señala que el abandono de Cavendish responde a algo más que a su temor a las montañas. El Mundial, que se disputará en Dinamarca dos semanas después de la Vuelta, se le presenta como una gran oportunidad para engrosar su palmarés. Y, quizá, no quería desgastarse demasiado en un recorrido pensado más para escaladores que para velocistas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.