El Arsenal sufre sin Cesc
Los 'gunners', escasos de juego, vencen por la mínima al Udinese con un gol tempranero de Walcott
Rezumaban un cierto aire de nostalgia las gradas del Emirates, todavía compungidas por la marcha de su hasta ahora capitán, Cesc Fàbregas, y pobladas con numerosas muestras de afecto hacia el catalán. Un futbolista tan capital en el engranaje gunner durante los últimos años que, a las primeras de cambio, en el primer ensayo sin él, el juego del Arsenal chirrió por los cuatro costados. Se impusieron los de Arsène Wenger al Udinese por la mínima (1-0, en la ida de la última ronda previa de la Champions), pero no pudieron maquillar el vacío que ha dejado el 4 en el equipo, que acusó sobremanera su ausencia a la hora de elaborar del juego y encontrar la red.
Mucho se hicieron notar también las bajas de Nasri y Van Persie, ambos ausentes por sanción. Mientras el francés coquetea con el Manchester City y el tulipán se endosa el brazalete de capitán, tuvo que ser Walcott quien dejase huella con un gol que concedió una victoria muy valiosa a los ingleses, espesos en labores creativas y que, pese al triunfo, no podrán volar a Udine con sosiego. El conjunto italiano, al que el Barça privó de otro jugador clave, Alexis Sánchez, rozó el empate en más de una ocasión y augura batalla en el envite de vuelta.
El duelo empezó frenético. En el primer minuto el árbitro ya tuvo que mostrar la primera tarjeta amarilla a Ekstrand, del Udinese, y sin apenas tiempo para que los aficionados tomasen asiento, Walcott aprovechaba un centro del galés Ramsey para poner a los suyos en ventaja. El extremo fue el hombre del partido, que pudo cambiar de signo si Arnero hubiese acertado delante de Szczesny después de una hermosa cabalgada desde el centro del campo, acompañada de un golpe de cadera que dejó atrás a toda la línea defensiva del Arsenal. Erró el colombiano, como lo hizo Di Natale, pichichi de la Serie A, que se topó primero con el travesaño y después con la esbelta figura de Djorou, que se lanzó en plancha cuando el ariete ya cañoneaba al meta londinense.
Pese al prometedor arranque del Arsenal, el cuadro italiano le fue ganando terreno. Achicó el campo el conjunto dirigido por Francesco Guidolin y puso contra las cuerdas a su rival, que no enhebraba más de dos pases seguidos y echó en falta un jugador que diese mayor sentido a su juego. En pleno letargo, desprovistos de un arquitecto, volvió a emerger la la inspiración individual de Walcott en la recta final del choque, aunque en esta ocasión el portero Handanovic sacó una mano imposible que desvió el esférico. El colegiado pitó, Wenger dio una bocanada de alivio y el Arsenal se adjudicó una victoria por la mínima que, no obstante, no oculta un hecho: el francés tendrá que hallar una solución para paliar la gigantesca ausencia de Cesc en el corazón del campo.
Una dependencia que, poco a poco, parece brotar también en el Benfica, enganchado a los goles de Nolito en los primeros compases de este curso. Marcó un gol el español, ex del Barça, en el empate que arañaron los portugueses en su visita al Twente (2-2). Más cómoda fue la velada para el Olympique de Lyon, que pese a encontrarse con un gol en contra muy rápido logró voltear el duelo en Gerland frente al Rubin Kazan (3-1), gracias a los goles de Gomis, uno de Kverkveli en propia meta y un tercero de Briand. La sorprendente victoria del modesto Viktoria Pilsen ante el Copenhague (1-3) y las tablas entre el Bate Borisov y el Sturm Graz (1-1) sellaron la jornada.
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