_
_
_
_

De 'vinotinto' a Vega Sicilia

El estupendo papel de la selección en la Copa América contagia optimismo y felicidad al país de Venezuela, que por lo general prefería el béisbol

Nadie ha visto a Hugo Chávez jugando al fútbol con la camiseta nacional. Lo suyo es el béisbol, el deporte más popular en Venezuela, como en muchos otros países e islas caribeñas. Por allí es mucho más fácil encontrar a los niños de cualquier pequeño pueblo jugando en la calle con un bate y un remendado guante que con un balón. Los peloteros en Venezuela no son futbolistas sino bateadores, como en Cuba o en cualquier rincón del hermoso mar de las Antillas.

Todo eso no impide que los venezolanos lleven días apasionados con la marcha de su selección de fútbol en la Copa América. Superar hoy a Paraguay y jugar la final frente a Uruguay, por primera vez en su historia, sería una verdadera hazaña y como tal la contemplan sus compatriotas. "¿Qué se creían, que en Venezuela solo sabemos hacer telenovelas?", se reía el portero Renny Vega, tras la espectacular actuación de su grupo en cuartos de final. Vega, 32 años, es otro portero relativamente pequeño (1,79 metros), pero tan protagonista como lo son Fernando Muslera, en Uruguay, o Justo Villar, en Paraguay. Va a resultar que la final, sea cual sea, no es un encontronazo de los mejores delanteros del mundo -apeados a la primera de cambio-, sino de los arqueros más sólidos de América

El poco frecuente color de la camiseta venezolana (la vinotinto, la llaman) no es una elección reciente. Juega con esos colores (a veces con rayas, a veces con una franja tricolor, pero siempre con el vino predominante) desde 1938, es decir, desde que hizo su primer partido internacional, en unos Juegos Centroamericanos. Incluso el uniforme de la selección de béisbol, que cuando juega en casa es en su mayor parte blanco, con ribetes granate, se vuelve claramente vinotinto cuando se pasea como visitante. El impacto que está teniendo el juego de la selección de fútbol está haciendo que estos días hasta las botellas de ron venezolano aparezcan vestidas de color vino y que más de un político esté pensando si no sería buena idea empezar a colocarse la camiseta de fútbol y parecerse más a sus colegas de Argentina, Bolivia o de Brasil, donde hasta los presidentes juegan sus pachanguitas.

Salvo la salud de Hugo Chávez (otra vez en La Habana, para tratarse un peligroso cáncer), todo parece ser buenas noticias para los venezolanos. La selección está haciendo un papel estupendo y, lo que es seguramente todavía mejor, las reservas de petróleo acaban de ser certificadas por la OPEP como muy superiores a las que esa misma organización venia aceptando: casi 300.000 millones de barriles, incluyendo la fabulosa Franja Petrolífera del Orinoco. La vinotinto va a pasar a ser de Vega Sicilia.

El jugador Manuel Seijas celebra el pase de Venezuela para la semifinal.
El jugador Manuel Seijas celebra el pase de Venezuela para la semifinal.ROBERTO CANDIA (AP)

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_