"Es imposible jugar aquí siendo demasiado defensivo"

Feliciano López acaba haciendo flexiones sobre la hierba, refulgente su uniforme blanco. Así es Wimbledon, esas son sus reglas. Así es entrenarse con Rafael Nadal y perder el partidillo, esas son sus apuestas. El mallorquín debuta mañana contra el estadounidense Russell en el grande británico y con el número uno en juego: solo lo mantendrá si gana el título, y ni eso le valdrá en el caso de que el serbio Djokovic, su perseguidor, esté en la final.

"Siempre me gustó jugar en hierba", ha explicado Nadal, campeón de diez títulos grandes. "He dicho miles de veces que mi sueño siempre fue jugar bien en Wimbledon. Es la verdad. Cuando empecé a jugar, todo el mundo opinó que con mi estilo sería dificilísimo jugar bien aquí. Trabajé. Di lo mejor de mí mismo en cada entrenamiento", ha proseguido. "En hierba, si no te enfrentas a un gran, gran sacador, el juego de fondo es fantástico, porque puedes subir a la red, ser agresivo. Aquí es imposible jugar si lo haces demasiado defensivo. Tienes diferentes opciones...y eso me encanta".

Las frases de Nadal, sus valores, se traducen también en gestos. Son, por ejemplo, resoplidos, la mejor manera que encuentra Alberto Berasategui, técnico de Feliciano, para describir el nivel de intensidad con el que se entrena el número uno. Son, también, derechas curvadas como un gancho para levantar reveses cortados, algo que debería ser casi imposible. Y son, finalmente, esas flexiones del toledano, superado en un entrenamiento que Nadal vive exprimiendo cada minuto con la avaricia de quien se ve a cada segundo un poco más cerca del punto óptimo.

Tras caer en cuartos del Queen's, Nadal voló a Mallorca y se dedicó a jugar al golf y a salir con los amigos. Luego, tras llegar a Londres el miércoles para disputar Wimbledon, empezó a seguir con gran interés las hazañas de su amigo McIlroy. Hoy, ya en capilla, empieza a preparar el asalto al templo de la hierba. "Un sueño", dijo.