Un gallego contra España

Hubo un tiempo en el que Venezuela fue destino de llegada para numerosos emigrantes gallegos. Para la familia Túñez Arceo la experiencia fue de ida y vuelta, un ínterin en el que nació en Caracas su hijo Andrés. En 1994, cuando el pequeño tenía siete años, regresaron a Bertamiráns, un pueblo coruñés próximo a Santiago. Ahora el destino, el fútbol, les devuelve a Venezuela con todos los honores. Andrés Túñez ha sido convocado para defender a la vinotinto en la Copa América y como golosa previa, enfrentarse a España en el amistoso programado para el próximo día 7.

No era la primera vez que a Túñez se le había planteado la opción de la internacionalidad. Como antes sucedió con Julio Álvarez, otro gallego de amplio recorrido futbolístico y ahora en el Tenerife, o con Fernando Amorebieta, su origen le abrió una puerta inesperada para jugar al más alto nivel. A ella llamaron sus representantes, que se preocuparon de promocionarlo ante la federación venezolana. Y llegó la llamada para disputar el amistoso que disputó Venezuela contra Euskadi el pasado mes de diciembre, pero el Celta le denegó el permiso. Quizás era su última oportunidad. "No podía dejarla escapar, estamos hablando de la Copa América, poca gente tiene la posibilidad de jugarla. Y además está ese partidazo contra España", explica.

Pero irse con Venezuela supone dejar al Celta en el tramo decisivo de la temporada. Inédito casi toda la temporada, este zaguero espigado y con buen manejo de la pelota, comenzó a entrar en los planes del técnico Paco Herrera hace apenas tres jornadas, justo cuando el equipo cambió su esquema para actuar con un trío de centrales. De pronto, Túñez, que además marcó un gol la semana pasada, pasó de tener un rol marginal a imprescindible. Y el Celta peleó porque no se fuera. Todavía lo hace. La idea es que el jugador parta el día 2 hacia Caracas, debute contra España y regrese para jugar el día 12 la vuelta de la primera eliminatoria de la promoción y, si fuera preciso, el duelo decisivo por el ascenso los días 15 y 19. "He hablado con las dos partes y ahora el club y la federación venezolana son los que tiene que decidir si vuelvo o no. Si tengo que hacerlo, lo haré encantado".

Parece complicado que Venezuela ceda por más que la Copa América, en la que está encuadrada en el mismo grupo con Brasil, Ecuador y Paraguay, no comience hasta el día 1. Su ausencia interferiría en su acoplamiento a un combinado del que apenas tiene las referencias que le ha proporcionado el malaguista Salomón Rondón. En un principio, Túñez no dudó en calificar la situación como "un marrón". Ahora, con más perspectiva asegura que es "un honor". Y apostilla: "A ver si hago un buen partido contra España y me dejan volver con facilidad, pero que nadie dude de mi compromiso con Venezuela. Ha sido una decisión difícil, jugar con la selección y disputar el playoff son dos ilusiones, pero ojalá tuviera esta posibilidad de elegir toda mi vida".

Ahora Túñez regresa a Venezuela, tierra de la que guarda algún recuerdo, en la que jugaba más al béisbol que al fútbol. Allí vivía en el barrio de La Candelaria, una zona de Caracas conocida por ser feudo de la amplia colonia española, y frecuentaba la Hermandad Española, donde su padre, deportivista, disfrutaba ante el televisor con la eclosión del primer Súper Depor. La vida le trajo a Galicia y le abrió las puertas del Compostela, donde se incorporó en edad cadete. El Celta le fichó cuando era juvenil. En sus primeros pasos con el primer equipo, sufrió una grave lesión de rodilla que lastró su progresión. Ahora, cuando acaba de cumplir los 24 años, la internacionalidad puede ponerle en el escaparate.