Ferrer y Almagro, la otra alternativa
Los españoles, siempre cómodos sobre arcilla, llegan al torneo con mucha fuerza
El curso es prometedor y la ocasión, sensacional. David Ferrer, seis del mundo, está en un momento de forma excelente, solo enturbiado por un proceso gripal en Roma, donde tuvo que retirarse por la fiebre. Infatigable y con golpes más agresivos que en otros años, Ferrer aspira también al cetro del Roland Garros. También lo hace Verdasco, demasiado irregular este año pero con tenis de sobra para poner en entredicho a cualquier tenista. Como Almagro, ya en el top ten, efervescente y con confianza. Estos son los españoles del torneo:
David Ferrer. Tras Rafael Nadal y Novak Djokovic, el alicantino es el tercer mejor tenista sobre polvo de ladrillo del momento. Roland Garros nunca le ha visto pasar de los cuartos de final. El número seis vive la cita parisina como una concentración de presiones, ya que la lógica indica que es el grande que mejor se adapta a sus características. Ferrer, sin embargo, ha llegado a semifinales en los dos torneos del Grand Slam que se disputan sobre cemento (Abiertos de Australia y Estados Unidos). Tiene corazón, piernas y golpes para igualar o mejorar ese resultado en Roland Garros. Le sobran derechas punzantes y la tierra amortigua lo poco decisivo de su saque. Según los resultados previos (final en Montecarlo y Barcelona, por ejemplo), 2011 puede ser su año. Debe aprovecharlo. A los 29 años, hay trenes que no pasan de nuevo.
Fernando Verdasco. Nada en la temporada del madrileño hace presagiar que tenga peso en el torneo. Su tenis, sin embargo, está muy por encima de los marcadores que ha ido cosechando a lo largo de una gira de tierra decepcionante, que solo le vio llegar a la final de Estoril, donde se inclinó ante Del Potro. Su juego, además, crece en la misma medida que la importancia del escenario, siendo como es un competidor que disfruta de los focos. Su derrota de segunda ronda en el torneo de Roma, tras desaprovechar tres puntos de partido con su saque ante el sueco Soderling, resume todas las virtudes y defectos de su propuesta en este momento: brutal golpeo, arrolladora fuerza, confianza cero. El extenista y excapitán de la Davis, Emilio Sánchez Vicario, le asesorará durante la cita. De que sus palabras encuentren eco en los oídos del tenista depende mucho del devenir en el torneo de Verdasco.
Nicolás Almagro. Ningún jugador apretó más en Roland Garros 2010 a Rafael Nadal que el murciano, que le midió en cuartos de final. Estrenada su condición de top 10 en 2011, Almagro será un peligro para cualquiera, volcánico como es su tenis, hirientes como son sus golpes. Fresco de piernas, sus resultados previos hablan de un tenista imprevisible, capaz de todo y de menos: semifinalista en Barcelona, cedió a la primera en Madrid, por ejemplo. José Perlas, que ya ha ganado el título como entrenador (Moyá y Albert Costa), será un guía inestimable para su pupilo, al que solo le falta un punto de movilidad para ser candidato al título. El resto, lo tiene: ambición, trabajo y golpes.
El resto de la armada. Siempre hay un tenista español que sorprende en París. Sobresale Albert Montañés, un jugador que explota al máximo sus virtudes, trabajador como pocos, y que aún no ha conseguido en 2011 el gran resultado sobre tierra al que siempre acostumbra. Por detrás, el pelotón de rostros casi anónimos: Pablo Andújar, Pere Riba, Marcel Granollers... ¿Y Feliciano López? ¿Podrá sobreponerse un tenista Guadiana como él a su negativo historial en París (siete primeras rondas en diez participaciones) para imponer su destacable caminar en la gira de tierra de 2011?
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