Lunes y polémicas
Los lunes son días monótonos, aunque a veces, como ayer en el Giro, caigan en martes. Los lunes son días en los que cuesta volver a la rutina. Cuesta arrancar de nuevo y coger el ritmo que ya se había cogido hasta el viernes.
En el ciclismo, no existen los fines de semana. Más bien al contrario. Precisamente es en las grandes Vueltas cuando normalmente los organizadores programan etapas espectaculares en sábado y domingo, pensando en la afluencia de espectadores 'in situ' y en los miles de telespectadores que acostumbran a seguir el deporte desde su casa. Sábado y domingo nunca son festivos para el ciclista, mientras sí que suelen serlo para los espectadores, y eso es un peaje a pagar por los deportistas de todas las disciplinas, hombres anuncio por excelencia. Así es nuestro trabajo, y no conozco a nadie que se queje de ello, aunque sea algo duro de compaginar con la vida familiar. Pero esa es otra historia.
En este Giro hay dos días de descanso. Uno se consumió este lunes y el otro se consumirá el lunes siguiente. A ambos se llega después de dos jornadas importantes. Una fue la del Etna, ya consumida -ya vimos lo que deparó para la carrera-, y la otra será la etapa que finalizará después de 230 kilómetros en Gardeccia Val di Fassa, a casi 2.000 metros de altitud después de haber superado durante la etapa en un par de pasos -Passo Giau y Fedaia- esta cota. Que no les pase nada.
Por eso, los lunes de este Giro caen en Martes. Y ayer lunes, perdón martes, ocurrió lo que tenía que ocurrir. Etapa predecible sin mucha historia en la que la rutinaria escapada de corredores poco conocidos estuvo controlada en todo momento por los equipos de velocistas y que se resolvió al sprint tal y como cabía esperar. Ganó Cavendish, el corredor más rápido del pelotón si la llegada le es favorable, y hubo poco más que contar. Día de rutina, nada más.
Pero entre las rutinas de Cavendish, además de la victoria se encuentra la de la polémica. Y eso ayer tampoco podía faltar. Resulta que Ventoso -segundo en la etapa de ayer- ha declarado que Cavendish subió agarrado a su coche de equipo al Etna, y que esa ayuda fue la que le salvó del fuera de control -Brown y McEwen, otros dos velocistas, llegaron al Etna casi una hora más tarde que Contador, y dicen que Cavendish circulaba con ellos-. El de la Isla de Man lo niega y, mientras tanto, se lleva la etapa al zurrón. Ventoso va aún más lejos y acusa a los jueces y a la organización de hacer la vista gorda. Pero aquí nadie dice nada, y yo tampoco lo haré, pues nada he visto. Al final es la palabra de uno contra la de otros, y lo único que puedo decir es que, si es verdad lo que dice el cántabro, es vergonzoso que Cavendish siga en carrera. Pero la verdad de este caso, la verdad más verdadera como dicen los raperos de 'La excepción', concepto filosófico por excelencia, solo la saben algunos. Y yo no soy uno de ellos. El caso es que, como concluye Ventoso, "Cavendish sigue en carrera, y ayer ha ganado la etapa". Pues vale.
Lo que sí es verdad es que este lunes fue 16 de Mayo. Día de descanso para los corredores, día de cumpleaños para quien escribe esto. Dos años de nueva vida, dos años intensos que podían no haber existido, pero que aquí están, ya vividos. Y ya lo siento, pero no podía dejar pasar la oportunidad de celebrar públicamente mi -nuevo- cumpleaños. Hasta mañana, martes que en realidad es miércoles, que la etapa promete y la carrera volverá a coger de nuevo su ritmo.
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