Cavendish devuelve el golpe a Petacchi

Se había anunciado que la llegada iba a ser dura y la falta de aliento de Cavendish lo confirmó, tras un duro tramo final con cuatro kilómetros que picaban hacia arriba y que incordiaron a los especialistas. El velocista británico apenas encontró aire para responder a los periodistas tras lograr su primera victoria en el presente Giro -seis ya en su carrera-, al imponerse al español Francisco José Ventoso (segundo) y devolverle a Petacchi (tercero) la derrota que este le infligió en la segunda etapa. Tras ella, el ganador de hoy acusó al italiano de usar "tácticas" para bloquearle en la llegada a meta, una supuesta afrenta que hoy ha parece haber quedado saldada.

La décima jornada comenzó con la tempranera escapada de tres hombres inofensivos en la general, Fumiyuki Beppu, Pierre Cazaux y Yuriv Krivtsov, todos ellos a más de 20 minutos en la general del líder de la carrera, Alberto Contador, en una aventura impulsada por las piernas frescas de los corredores tras la jornada de descanso de ayer y el perfil llano de la etapa. Los tres llegaron con cuatro minutos de ventaja sobre el pelotón a la meta volante de Pescara, situada a 60 kilómetros de la meta, con el japonés Beppu en primera posición.

Desde ese momento, el pelotón comenzó a limar diferencias pese a que el 4% de pendiente en los últimos cuatro kilómetros y el repecho final de más de 100 metros no auguraba una llegada plácida para los sprinters. Tras un primer acercamiento -que dejó la diferencia en apenas dos minutos a falta de 45 kilómetros-, el grupo principal no teerminó de controlar la fuga y los escapados elevaron su renta medio minutos más a 35 kilómetros de la llegada de Teramo.

No se rindió el pelotón, que dio al traste con la fuga a 11 kilómetros de la meta, tras más de 140 kilómetros de escapada. Llegaron momentos de nerviosismo entre los equipos con candidatos en la general, que trataron de posicionar bien a sus líderes ante el temor a una caída por estrechamiento de la calzada en el tramo final de la. El grupo lo pasó sin mayores problemas, pese a que los más rezagados tuvieron que pararse prácticamente para sortear el obstáculo. Solo quedaba asistir al espectáculo final, en el que esta vez Cavendish, pletórico, devolvió el golpe a Petacchi e impuso su ley.