_
_
_
_

La Liga de Abidal

La recuperación del francés, titular contra el Levante, estimula y refuerza a la plantilla

El día en que a Éric Abidal le detectaron un tumor en el hígado la noticia corrió como quema la pólvora, de mensaje en mensaje, por los teléfonos de los jugadores del Barcelona. La mañana siguiente, el vestuario de la ciudad deportiva Joan Gamper era, según testigos presenciales, "un drama". Hasta que Abidal entró por la puerta. "Nos animó él a nosotros, fue algo espectacular", confesó Xavi. En efecto, fue el lateral francés quien tiró del equipo, quien lo zarandeó hasta hacerlo reaccionar. Uno por uno, se abrazó a sus compañeros, que con el corazón en la boca, apenas podían hablar. "Voy a volver. Os dejo un rato, no me falléis", les pidió.

"Ganaremos por ti", le prometieron todos, Guardiola el primero. "Si todo va bien, en un mes estará de vuelta", dijeron los más optimistas, sin creerse apenas lo que decían, conscientes de que si la biopsia que se le debía practicar revelaba algo maligno, el fútbol se habría terminado para el jugador francés. Y resultó que no. Resultó que Alá escuchó las oraciones de Keita y Afellay y que atendió los ruegos del resto del equipo. Resultó que Abidal no necesitó tratamiento con quimioterapia y a los quince días asomó de nuevo por la ciudad deportiva, más delgado, pero consciente de que la vida le había regalado otra oportunidad. Se fue al gimnasio y al poco, empezó a trotar; no tardó en volver a correr y al mes ya estaba en los rondos. Entonces, la sonrisa de Abi iluminó el vestuario y al tiempo, a todo el barcelonismo. "Es la mejor noticia del año", dijo Guardiola hablando por boca de todo el equipo el día que le tuvo de vuelta, antes de visitar el Bernabéu para jugar la ida de las semifinales de la Champions contra el Real Madrid.

El 3 de mayo, en la vuelta, en el descuento, con el equipo ya clasificado para la final de Londres, Abidal volvió a pisar el Camp Nou, donde nunca estuvo ausente del todo, porque mientras fue baja, la afición coreó su nombre cada minuto 22 de partido. Cinco días después, sustituyó a Fontàs en el minuto 71 del derbi contra el Espanyol. Terminado el partido, Xavi hizo entrar a los médicos que trabajaron para curar al lateral francés en el vestuario, donde recibieron la ovación de su vida.

Abidal fue ayer titular en el Nou Estadi Ciutat de Valencia, y cuando se retiró en el minuto 60 del partido, de nuevo recibió el afecto de los aficionados, los del Levante y los del Barcelona. En el banquillo esperó angustiado el desenlace del encuentro. Y cuando el árbitro pitó el final, rompió a llorar. Las personas están por encima de cualquier Liga y nadie como Abidal para ejemplarizarlo. Sin él en el campo, nada hubiera sido lo mismo. La Liga número 21 de la historia del Barcelona será, para siempre, la Liga de Abidal. Ahora, queda la final de la Champions, el 28 de mayo en Londres.

Abidal felicita a Keita, tras el gol del Barcelona.
Abidal felicita a Keita, tras el gol del Barcelona.ALBERT GEA (Reuters)

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_