"Esto es una gran lección"
Guardiola reconoce que su equipo perdió el balón en la segunda parte y que eso fue decisivo
Los jugadores del Barça salieron al césped de Anoeta conscientes de que el Real Madrid iba perdiendo en casa contra el Zaragoza, un resultado que abría la posibilidad de que el equipo azulgrana se proclamara campeón la semana que viene, antes incluso de jugar contra el Espanyol el derbi catalán. Sin embargo, la Real Sociedad dio un paso adelante al volver del descanso, se adueñó del balón y el equipo de Guardiola, que vive de la pelota, comenzó a pasarlas canutas hasta el extremo de que terminó perdiendo. Es la primera derrota del conjunto azulgrana desde la segunda jornada de Liga, el 11 de septiembre, contra el Hércules en el Camp Nou (0-2). El Barcelona acumulaba 31 encuentros consecutivos ganados o empatados y tenía a su alcance el récord de 32 que posee precisamente la Real de la temporada 1979-1980, cuando era entrenada por Alberto Ormaetxea.
"Romper ese récord no es lo que más preocupaba", dijo Pep Guardiola, que ya aceptó todas las preguntas referentes al partido del próximo martes en el Camp Nou, contra el Real Madrid, en la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones. "Lo que ha pasado es una gran lección. Esto demuestra que podemos ganar o perder, y venimos en una situación complicada, con muchas bajas. En la segunda parte no hemos tenido el balón y nosotros necesitamos el control", convino el de Santpedor. El técnico perdió a dos jugadores más, y para rematarlo, en la defensa, la zona más debilitada por la enfermedad de Abidal y los problemas musculares de Puyol, Adriano y Maxwell. Martín Montoya, el lateral procedente del filial, solo pudo permanecer en el campo 11 minutos, el tiempo que pasó hasta que Raúl Tamudo le entró por detrás y provocó que cayera sobre su hombro izquierdo. Apenas 40 minutos después de que se produjera esa acción y Dani Alves le sustituyera, Montoya ya había pasado por rayos X, donde se le diagnosticó una fractura en la clavícula izquierda. Milito, por su parte, se lesionó en la jugada del gol que Teixeira Vitienes le anuló. El argentino sufre una rotura fibrilar en los isquiotibiales de la pierna izquierda.
Por un lado, el encuentro invitaba a reservar efectivos y a dar entrada a los jóvenes talentos de la cantera, pero tampoco había que olvidarse de que una victoria en San Sebastián dejaba a los azulgrana a un milímetro (un punto) del alirón. "Lo hemos intentado, pero ellos han aumentado mucho la intensidad en la segunda parte y no nos han permitido salir como lo hacemos normalmente", puntualizó Pinto, titular ayer en vez de Valdés. "Comenzamos muy bien, pero luego ellos se vinieron arriba", coincidió Jeffren.
"Los puntos que faltan para ser campeones (cuatro) nos los tenemos que ganar, y lo mismo ocurre con la final de la Champions. Contra el Madrid está todo por hacer. Tengo la sensación de que en esta eliminatoria pasaremos momentos malos. Llegamos muy justos y es una proeza estar aquí. Ellos no tienen nada que perder y son un gran equipo", argumentó Guardiola, que volvió a reclamar la ayuda de la hinchada.
"Era una oportunidad maravillosa de dejar casi sentenciada la Liga, pero no hay que lamentarse, debemos pensar ya en el martes", señaló Alves, con las piernas llenas de moretones. "Ahora resultará que las heridas me las pinto yo", ironizó el brasileño en alusión a los que dicen que Pepe no le tocó en la jugada en que fue expulsado en el Bernabéu. "Más allá del clásico, ese es un partido que no se juega todos los días; hay que aprovecharlo", añadió el lateral.
Sandro Rosell aprovechó para hacer un llamamiento a la afición con vistas al martes: "Lo que quiero es que nuestros seguidores den ejemplo de civismo y que no piensen en las provocaciones que vienen de allá. Quiero que animen a nuestro equipo y que se olviden del resto". "No me gusta el ambiente que se ha creado", remachó el presidente del Barcelona.
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