El lugar donde empezó todo

Nadal, de ace en ace, y Federer, se citan en semifinales de Miami, donde arrancó su rivalidad en 2004

Para que el hombre vuelva a donde el niño, tienen que pasar muchas cosas. Rafael Nadal, el número uno, llega a cuartos de final, donde le espera Tomas Berdych, sabiendo que su servicio está en cuestión. El examen llega al inicio del tercer set. Son tres bolas de break para el checo (0-40). Son tres bolas que valen el partido. Son el inicio de una racha de saques increíbles de Nadal, que le verá meter tres aces seguidos para levantar esas pelotas de rotura, ganar (6-2, 3-6 y 6-3) y volver al sitio en el que empezó su leyenda. En semifinales espera el suizo Roger Federer. Esto es Miami: el mismo sitio y la misma pista en la que un niño de 17 años, Nadal, se enfrentó (y ganó) por primera vez al suizo, allá por 2004.

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"Muy pocas veces hemos jugado en semifinales", señaló el español, al que atendieron en la pista y después del partido de dolores en el brazo derecho, lo que maniató su revés. "Normalmente ha sido en encuentros que decidían grandes títulos", continuó el mallorquín, autor de seis saques directos en la manga decisiva. "Es siempre especial jugar contra él. Son partidos muy importantes para nuestras carreras: finales de Roland Garros, de Wimbledon, del Abierto de Australia, de muchos masters 1000...eso hace nuestra rivalidad muy especial".

"Hace mucho que no jugamos en Estados Unidos (desde 2005) y nuestros partidos siempre son muy especiales", argumentó Federer. "Creo que la pista dura, especialmente la pista dura lenta, es un territorio neutro, así que se dan las circunstancias para un gran partido".

Las estadísticas de los enfrentamientos entre el número uno y el número tres describen un partido que será tremendo si el español supera sus problemas físicos. Nadal domina por 14 victorias y 8 derrotas a Federer. El suizo domina por 4-3 al español sobre cemento. Sabe, sin embargo, que en la humedad de Miami vivió su primer gran disgusto contra un chaval melenudo de 17 años: venía de ganar el Abierto de Australia, se había impuesto en Indian Wells, se plantó en tercera ronda de Miami...y aquel mallorquín delgadito le sacó de la pista en solo 69 minutos (6-3 y 6-3).

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