Al Espanyol no le salva ni el mejor Kameni
El Mallorca protagoniza una excelente remontada tras el gol de Álvaro
Al Espanyol no le salvó ni el mejor Kameni. Excesivamente discontinuos, los blanquiazules acabaron por claudicar ante el Mallorca, un equipo mejor armado y más presente en la cancha, de fútbol más grueso. Los blanquiazules jugaron a ratos, de forma racheada, nada fiables. Los muchachos de Pochettino tienen momentos tan lúcidos, sobre todo cuando aparece Callejón, como desesperantes, especialmente en los minutos en que intervienen los centrales. No atinaron a cerrar el choque con el marcador a favor, en los instantes en que las jugadas episódicas estaban de su parte, cuando el Mallorca era víctima de la fatalidad y del árbitro. No se desanimaron los rojillos, que dieron la vuelta al marcador con una completa segunda parte, merecedora del triunfo.
A falta de Oswaldo, se imponen soluciones colectivas en el ataque del Espanyol. Los goles se reparten de forma solidaria a partir del juego de la segunda línea. Ayer fue Callejón el que filtró un pase exquisito a Álvaro Váquez. El ariete tiró un buen desmarque, recogió el balón con un excelente control y definió ante Aouate. Los movimientos de Alvarito son tan interesantes como las lecturas que hace del partido Callejón, ayer más necesario que nunca por la ausencia de Javi Márquez, el referente del Espanyol. La baja de Márquez fue determinante para entender la desorganización del plantel.
El juego blanquiazul fue muy descontrolado, de manera que el partido se convirtió en un carrusel de idas y venidas, del área de Aouate a la de Kameni. La actuación del camerunés fue sobresaliente. Kameni paró un penalti a Castro con 0-0, después de que a Amat no le quedara más remedio que tirar a Webó por un error en el rechace con la cabeza, y posteriormente respondió acertadamente a los remates de los delanteros del Mallorca hasta que llegó el descanso. El meta solo falló en una salida de puños cuando se comió la pelota cabeceada por Nsue. Al árbitro, que ya le había perdonado la roja a Amat en la jugada del penalti, le dio por anular la acción por fuera de juego.
Las debilidades defensivas y el poco sostén en la medular desestructuraron al Espanyol, un juguete en manos del Mallorca, que se organizó muy bien a partir del criterio de Tejera, un medio interesante, y del coraje de Webó. Ambos fueron decisivos en la remontada. Los goles rojillos estaban cantados por su ambición y por el ensimismamiento blanquiazul. Muy descosido, el equipo de Pochettino tuvo poca presencia y escasos recursos en el banquillo, diezmado como está por las bajas. No aparecieron los balines de la segunda línea y el Mallorca se comió el campo hasta doblegar al mejor Kameni.
Busca su sitio el Espanyol en la tabla y le cuesta encontrarlo.
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