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Deportivo 1-0 Villarreal

Un abrazo para Lotina

Lopo y la estrategia salvan al técnico del Deportivo ante el Villarreal

Algo de bipolar tiene el Deportivo, que a ratos parece el peor equipo de la Liga y en ocasiones muestra recursos para navegar por la clasificación sin agobios. Ayer comenzó el partido en descenso y lo acabó cuatro escalones sobre él tras lograr su primera victoria en 40 días ante un Villarreal apocado, superado por un oponente en ebullición que guardó el gol de Lopo como un tesoro y no le dio opción.

Lotina demandó durante largo tiempo especialistas que trabajaran la banda. Ayer, bien porque algunos están lesionados, no han dado la talla o ambas cosas, se apañó sin ellos. Diseñó una suerte de cuadrado mágico en la medular en la que los flancos apenas se ocupaban. Tampoco es que le sobrara magia al cuadrado, pero al menos no le faltó intensidad.

Deportivo 1-0 Villarreal

Deportivo: Aranzubia; Manuel Pablo, Lopo, Colotto, Morel; Antonio Tomás (Juca; min.86), Rubén Pérez, Juan Rodríguez; Juan Domínguez; Adrián (Lassad; min.91) y Riki (Xisco, min.77).

Villarreal: Diego López; Mario, Gonzalo, Musacchio, Capdevila; Matilla (Bruno; min,56), Marchena (Senna; min.67); Cazorla, Borja Valero, Cani (Marco Ruben; min.62); y Nilmar.

Gol: 1-0; min.60, Lopo.

Árbitro: Ramírez Domínguez, el colegio andaluz. Mostró amarilla a Marchena (min.27) y Nilmar (min.57), por parte del Villarreal; y a Juan Rodríguez (min.81), por parte del Deportivo.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la vigésimo tercera jornada del campeonato nacional de Liga, disputado en el estadio de Riazor ante unos 14.000 espectadores. El vicepresidente del Mallorca, Lorenzo Serra

Ferrer, presenció el encuentro desde el palco de autoridades.

Azuzado por Juan Domínguez, el Deportivo se lanzó a por el Villarreal, que recibió el embate con la suficiencia de quien se sabe superior. Juntó líneas y se agrupó en torno a Marchena, que como mediocentro trazó una raya y jugó al filo de la expulsión. Cuando lo necesitó fue coriáceo el Villarreal para defender su portería, que apenas sufrió algún susto cuando el conjunto de Lotina imprimió más velocidad a la pelota en los últimos 30 metros. Esa es la diferencia entre los buenos y el resto. En el fútbol quienes tienen esa capacidad para trabajar con frenesí en la zona de la verdad tienen mucho ganado. Si a ello le unen remate quizás se apelliden Messi o Ronaldo. Adrián es López Álvarez, y se empeña en dilapidar en el área todo lo bueno que hace fuera de ella. Como cuando atravesó como un espectro el espacio entre dos zagueros para plantarse ante Diego López, que le apagó la luz.

El día y la noche de Adrián llegaron justo a la media hora de partido, cuando el Deportivo menguó. Apareció entonces el fútbol combinativo del Villarreal. Garrido había intercambiado la posición de Cani y Cazorla, que desde la izquierda encontró más tiempo y espacio. Reculó el Deportivo y Aranzubia tuvo que sacar con una mano prodigiosa un remate de cabeza de Gonzalo a la salida de un córner. Nada pareció cambiar tras el descanso, pero sí lo hizo cuando el Deportivo encontró el gol. Una vez más la estrategia, una falta que tocó en el área Juan Rodríguez y remató Lopo a la red. Como cuando el último día de octubre un gol suyo abrió el camino para salvar a Lotina de las brasas de la destitución, el central corrió a abrazar al técnico.

Manuel Pablo pelea el balón por Cani.
Manuel Pablo pelea el balón por Cani.EFE
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