Un churro salva a Portugal

Sobrevive Miguel Ángel Portugal y lo hacen también el Racing y el Deportivo, que miran el descenso a cuatro puntos de distancia, pero emiten señales de zozobra. Castigaron a los héroes que desafiaron el frío para acercarse a El Sardinero con un despropósito de final feliz para el Racing. No cabe hablar de injusticia. El equipo que entrena Portugal atacó mal, pero su rival se defendió peor. Decidió un gol de Rosenberg que resumió lo que fue la tarde: quiso rematar la pelotala pelota con el empeine, la dio con la rodilla y la envió a la escuadra. La respuesta del Deportivo fue gélida, incapaz de tirar a puerta en la media hora larga que quedaba.

El plan del Racing se cimentó en el empuje y la brega. Fue como un regreso al pasado, como si Camus, Zuviría y Aitor Aguirre regresaran a los viejos Campos de Sport porque el Nuevo Sardinero se convirtió en una chocolatera. Hubo más barro que fútbol porque el Racing anda delicado y el Deportivo muy justo. Ni siquiera estar un mes sin conocer la derrota oculta las carencias de un conjunto que despreció de inicio el mediocampo y cuando quiso rescatarlo no obtuvo respuestas. Tras el nefasto inicio de temporada Lotina encontró soluciones en la acumulación de zagueros. Su equipo volvió a meterse atrás y a dejar un oceáno entre la zaga y el delantero, pero además no cesó de caer en imprecisiones en zonas de riesgo. Ninguna aprovechó el Racing por más que Kennedy no dejará de aparecer.

Debió marcar el Racing antes del descanso, pero puedo conseguirlo el Deportivo en su única ocasión, un pelotazo que Adrián peleó ante Torrejón y que envió al palo. Lotina maniobró en el descanso para apuntalar el andamiaje defensivo. Relevó a Seoane de la vigilancia a Kennedy y cambió a Manuel Pablo de banda, pero justamente cuando parecía armarse llegó el churro de Rosenberg, que luego falló un penalti. El partido no se merecía más.

Racing 1 - Deportivo 0