El Villarreal se queda a las puertas
Un pésimo arbitraje, con tres expulsiones y siete amarillas, condiciona un partido intenso
Ni siquiera un pésimo arbitraje pudo cargarse un partido vibrante, con dos equipos valientes e intensos que hicieron un esfuerzo admirable por ganar. Se quedaron a las puertas, exhaustos, condicionados por las caprichosas tarjetas de Muñiz Fernández. que expulsó a tres jugadores y amonestó a siete más. Como si hubiese sido una guerra donde no hubo más que un partido de fútbol. El Villarreal se quedó sin el liderazgo pese a que lo acarició en casi toda la segunda parte, la que jugó con uno más por la expulsión de Trezeguet al filo del descanso. Y estuvo a punto de perder el encuentro cuando, en los minutos finales, perdió a dos jugadores -Borja Valero y Musacchio-, también expulsados. Lo salvó Diego López ante un brillante y persistente Drenthe.
HÉRCULES 2 - VILLARREAL 2
Hércules: Calatayud; Cortés, Abraham Paz, Pamarot, Peña, Fritzler, Tiago Gomes (Sendoa, m.81), Tote (Rufete, m.46), Valdez, Drenthe y Trezegut.
Villarreal: Diego López; Angel, Musacchio, Gonzalo Rodríguez, Capdevila, Cazorla, Bruno, Senna (Cani, m.42) (Jefferson Montero, m.81), Borja Valero, Rossi (Catalá, m.90) y Nilmar.
Goles: 1-0. Min.25: Valdez. 1-1. Min.28: Capdevila. 2-1. Min.40: Trezeguet. 2-2. Min.62: Borja Valero.
Árbitro: Muñiz Fernández (Colegio Asturiano). Amonestó a Pamarot, Drenthe, Fritzler, Valdez y Trezeguet, por el Hércules; y a Rossi, Cazorla, Capdevila y Borja Valero, por el Villarreal. Expulsó a Trezeguet (m.43) con roja directa, del Hércules; y a Borja Valero (m.80), por doble amarilla, y a Mussachio (m.82), por roja directa, del Villarreal.
Incidencias: Partido correspondiente a la séptima jornada de la Liga de Primera División, disputado en el estadio Rico Pérez de Alicante ante unos 20.000 espectadores.
El árbitro incendió el Rico Pérez con la expulsión de Trezeguet, al parecer por insultarle. El Hércules había tenido el mérito de querer llevar el peso del partido. Y de conseguirlo. Es un equipo con personalidad como ya demostró ante el Barça en el Camp Nou y posteriormente frente al Sevilla. No se arruga. Y dispone de recursos: el vértigo de Drenthe, la finura de Tote y el instinto depredador de Trezeguet y Valdez. También la idea atrevida de su entrenador, Esteban Vigo.
Primero aprovechó la indecisión de Musacchio, varado tras una falta lateral lanzada por Drenthe, habilitando la posición y el remate sin oposición de Valdez. El Villarreal respondió en una larga jugada muy de su estilo. Preciosa por el pase interior de Cazorla a Ángel, cuyo envío raso al segundo palo remachó con la diestra Capdevila. El Villarreal había enviado dos remates al palo, el primero de Nilmar y el segundo de Rossi, pero el equipo de Garrido se alargó demasiado. El arranque del delantero brasileño fue espectacular, filtrándose por habilidad y potencia entre una nube de defensores blanquiazules, neutralizado solo por los golpes de Pamarot.
Con uno más casi toda la segunda mitad y la entrada de Cani por el lesionado Senna, el Villarreal se dispuso a completar el asedio sobre la portería de Calatayud, otra vez espléndido. El Hércules, muy juntito, se defendió con todo, reforzado por la entrada de Rufete. El Villarreal tiró de paciencia y de su facilidad para el juego interior, además de abrir el campo con Ángel y Capdevila. La insistencia se vio acompañada de la suerte cuando, tras un par de rebotes, el balón le cayó dentro del área a Borja Valero. El volante madrileño disparó limpio y cruzado, sin opciones para Calatayud.
El Rico Pérez vibró con un potentísimo contragolpe de Drenthe que salvó Diego López con el interior de los muslos. El Hércules reaccionó al recibir el puyazo del gol. Y el árbitro volvió a cobrar protagonismo con las extrañas expulsiones de Valero y Musacchio, casi consecutivas. Al Hércules le quedó aliento para buscar la victoria mientras Garrido ya se dio por satisfecho con el empate.
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