El campeón patina
Un Atlético irreconocible, con muchos cambios y poca intensidad, cae ante el Aris con un gol del español Javito
Alterado el equipo titular por la proximidad del partido contra el Barça, el Atlético se quemó a lo bonzo en la animosa caldera del Aris. El campeón salió trasquilado a las primeras de cambio por su exceso de confianza y el olfato de Javito, un canterano del Barcelona que, como Koke, del Málaga, hizo las maletas hasta Tesalónica en busca de la oportunidad que le negaron en el mercado español. Los dos jovencísimos emigrantes se reivindicaron castigando a un Atlético que cuando quiso reaccionar no supo y que no se fue con un resultado peor por la fiabilidad de De Gea.
Condicionado por las lesiones de Agüero y Ujfalusi, Quique Flores se planteó la jornada como un ensayo más de su laboratorio de ideas. El técnico le dio otra vuelta de tuerca más al once aireando el banquillo y confiando el ataque única y exclusivamente a la mirilla de Forlán. Así, Valera volvió a correr el carril derecho, Camacho ocupó el lugar de Assunção en el doble pivote y Fran Mérida debutó por fin -todavía le queda por hacerlo a Filipe Luis- de volante por Reyes. El resultado fue un equipo irreconocible delante del espejo, sostenido por la defensa y el portero en los alborotados aguijonazos del cuadro griego y resultón en las pocas ocasiones en que Tiago encontró el respaldo y reposo necesarios para mover el cuero.
Aris 1 - Atlético 0
Aris Salónica: Sifakis; Vangeli, Ronaldo Guiaro, Lazaridis, Michel; Javito, Faty, Prittas, Mendrinos; Koke y Carlos Ruiz (Kaznaferis, m. 90).
Atlético de Madrid: De Gea; Valera, Godín, Domínguez, Antonio López; Camacho (Mario Suárez, m. 77), Raúl García (Diego Costa, m. 46); Fran Mérida (Reyes, m. 62), Tiago, Simao; y Forlán.
Gol: 1-0, m. 59: Javito, con un disparo desde fuera del área junto al poste.
Árbitro: Mark Clattenburg (Inglaterra). Amonestó a los locales Prittas (m. 45) y Carlos Ruiz (m. 73) y a los visitantes Fran Mérida (m. 39), Raúl García (m. 43) y Antonio López (m. 47).
Incidencias: partido correspondiente a la primera jornada del grupo B de la Liga Europa, disputado en el estadio Kleanthis Vikelidis de la ciudad griega de Salónica ante unos 22.800 espectadores. Lleno.
Frente a un Atlético tan experimental, Cúper planteó un duelo físico y temperamental del que no sacó más provecho por la falta de tino de sus jugadores. Al Aris le iba más en la contienda y salió mordiendo el balón y presionando la salida del mediocampo rojiblanco, sin ritmo y falto de mezcla. A los tres minutos un remate lejano cruzado de Javito rondó el arco de De Gea, igual que un intento lejano de Míchel poco después. Atropellado desde la salida, al Atlético solo le salvaba el físico y la tranquilidad de su pareja de centrales. Aunque sea un recién llegado, Godín había convertido hasta anoche el avispero de la defensa en una balsa de aceite. Pero lo que no pudo el Inter de Eto'o y Diego Milito lo hizo una pareja de españolitos desconocidos para el gran público y por una noche dejaron en la sombra a Forlán.
Forlán forzó el primer remate del Atlético a los 24 minutos, cuando, cosa de galones, ignoró a Fran Mérida, mejor posicionado. Desaparecido por el cenagal del centro del campo colchonero, Forlán lo probó por última vez en otro escorzo imposible que saludó desde lejos a Sifakis. Rumiando el vendaval que podía caerle encima, el Atlético se mostró más ofensivo en la segunda parte, en la que Diego Costa sentó a Raúl García. El brasileño desperdició dos oportunidades inmejorables, sobre todo una en la que cabeceó por encima del larguero una asistencia desde el costado de Forlán que parecía más fácil colocar dentro que fuera. Con mucho más cuajo se mostró Javito, que un rato antes envió a la red un balón suelto en la frontal del área.
El gol del español, que se veía venir, encendió el estadio todavía más y premió al Aris. El conjunto de Cúper desfondó a un Atlético en el que los recambios no dieron provecho. La entrada de Reyes y Mario Suárez no alivió al equipo, que terminó de los nervios y permitiendo un ramillete de ocasiones a Koke, que se encontró con De Gea y el poste. Fue el punto y final de una lección que despertó de golpe al Atlético y lo devolvió sin miramientos a la realidad.
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