"Necesitaba dar un paso al frente"
Carlos Suárez justifica en su presentación como jugador del Real Madrid su decisión de abandonar el Estudiantes
Ante la atenta mirada de históricos del Real Madrid de la talla de Emiliano, Herreros o Romay, Carlos Suárez, flamante fichaje de la entidad de Chamartín para las próximas cuatro temporadas, ha recibido esta mañana su bautismo como madridista en las entrañas del Santiago Bernabéu. "Siempre he querido jugar en el Madrid. Venir aquí tiene una trascendencia mayor. Necesitaba dar un paso al frente para alcanzar mis objetivos, y esperamos conseguir muchos títulos", ha indicado Suárez.
Procedente del Estudiantes, el otro equipo de la capital al que ha agradecido "los doce años que he pasado allí", el alero, de 2,03 metros y 24 años, ha tomado el camino que ya iniciaron años atrás los hermanos Fernando y Antonio Martín, Antúnez, Orenga, Herreros y Alfonso y Felipe Reyes. Todos colegiales que cambiaron el Ramiro de Maeztu por Concha Espina. "No será muy hostil, recibiré muchos pitos, pero como muchos", ha afirmado el jugador en alusión al primer partido liguero en la ACB, que le llevará a enfrentarse a sus ex compañeros en el Palacio de los Deportes, nuevo feudo del Estudiantes, el próximo 30 de septiembre.
Con este cambio, Suárez espera volver a la senda de la selección española, de la que fue el último descarte para el pasado Mundial de Turquía y de la que también se quedó a las puertas en el Europeo del año anterior en Polonia, en el que el combinado español se proclamó campeón. "Cualquier jugador quiere ir al Mundial, no sé lo que hubiera jugado, pero por tener la experiencia de San Emeterio o Claver, yo la habría cambiado. Me hubiera gustado estar en Turquía", ha expresado el de Aranjuez.
Suárez volverá a coincidir en pista con Sergio Rodríguez, compañeros en el Estudiantes hasta la marcha de base a la NBA en el verano de 2006. "Me ha llamado casi todos los días para preguntarme por mi fichaje, ha puesto mucho empeño en que viniera. Nos lo pasaremos muy bien en pista", ha indicado, a la par que ve "una competencia sana y complementaria" con Novica Velickovic y Sergi Vidal, los otros aleros madridistas. Sobre la elección de su número, el ocho, ha dejado entrever entre risas sus colores: "Llevaré el ocho, pero no porque lo lleve Kaká, aunque soy del Madrid, para qué lo voy a negar. El 15 lo tenía Garbajosa, el 51 me dio mala suerte en el Estu y el ocho era el que más me gustaba".
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