El Sevilla, otra vez en órbita

La crisis de una pretemporada fatídica la acalló el Sevilla volviendo a sus esencias, las que en los últimos años han supuesto el juego de sus magníficos extremos, Navas y Perotti por encima del resto. Se revolvieron contra un gol levantinista en los primeros minutos y pusieron en órbita a Negredo, la opción elegida por Álvarez tras castigar a Luis Fabiano y a Kanouté del once humillado ante el Sporting de Braga. El Sevilla ganó con placidez, facilitada por la noche afortunada de Konko, el lateral derecho francés convertido en bigoleador inesperado. Al Levante se le atragantó su regreso a Primera, tres años después. No opuso resistencia. Ni física, ni técnica ni anímica. Los hachazos finales de Ballesteros a Navas fueron una muestra de su impotencia. A la espera de los refuerzos de última hora (Nacho González, Del Horno o Stuani), el Levante deberá cambiar completamente si no quiere ser una fantasma en la categoría.

Navas y Perotti formaron un triángulo vertiginoso con Negredo y, entre los tres, le dieron la vuelta a un partido torcido tras una mano ingenua dentro del área de Cigarini. En su estreno en España, el mediocampista procedente del Nápoles comprometió a Palop, que no pudo atrapar el penalti de Rubén Suárez, pero, sobre todo, a Antonio Álvarez, vapuleado anímicamente tras caer sucesivamente frente al Barça y el Sporting de Braga.

La estrategia, sin embargo, se puso inmediatamente de su parte. El empate salió de la cabeza del entrenador. La trasladó a la pizarra y sus jugadores al campo del Ciudad de Valencia. Desde el córner, un tiralíneas concluido en un zurdazo de Navas desde la frontal, el rechace del poste y la puntilla del defensa Konko. Lo habilitó Xisco, que se durmió en la salida defensiva granota.

Más allá del ilusionante gol de Rubén, que debutaba en Primera a los 31 años, el conjunto de Luis García Plaza se empeñó en defenderse cerca de su área y en llegar a la contraria de manera demasiado directa, a base de pelotazos imposibles para Rubén o para Xisco.

El panorama se le oscureció todavía más cuando Cerra cazó a Perotti al borde del área grande: estaba fuera, pero el árbitro lo vio dentro y el penalti lo transformó Negredo.

El Levante regresa a Primera muy condicionado por un presupuesto mínimo, pero anoche también por una gran confusión de ideas: nunca supo ni qué pretendía ni cómo conseguirlo. Cuando Luis García Plaza recurrió al mediocentro Sergio, el jugador en activo con más partidos en Primera, ya no tuvo ninguna posibilidad de reactivar a su equipo. El Sevilla ya dominaba el centro del campo, gracias sobre todo a que Renato empezó a entrar en contacto con el balón, como en el gol que sentenciaba el encuentro. Una larga combinación sevillista, desafiando el mal estado del terreno de juego, que le llegó finalmente a Konko, otra vez en posiciones de delantero. El lateral derecho francés no podía creérselo. Dos goles en el estreno liguero. El Sevilla ya se paseó hasta el final y Renato coronó una noche feliz tras un arranque tan traumático del curso.

Levante 1- Sevilla 4