Rossi vuelve

Valentino Rossi ha vuelto. Se lesionó el pasado 5 de junio, en Mugello, en su Italia natal. Se fracturó la tibia. Y sus gestos de dolor conmocionaron a medio mundo. Seis semanas después, mucho tiempo antes de lo previsto inicialmente, el nueve veces campeón del mundo anuncia su regreso. Lo hará este fin de semana en Sachsenring, en el GP de Alemania. Lo hará después de cuatro carreras en las que la Yamaha con el 46 no formó en pista, el domingo a las dos de la tarde. El equipo Yamaha ya ha anunciado que Rossi volverá a subirse a su M1 el próximo viernes. Solo falta que el médico oficial de la Federación Internacional de Motociclismo dé el visto bueno mañana. Y lo dará. Sin lugar a dudas.

Tras la operación de esa fractura abierta de tibia y una semana ingresado en el hospital de Florencia, Rossi regresó a casa. En Tavullia reposó, siguió las carreras por televisión y tan pronto como pudo, hace unas semanas, empezó a ejercitarse. Ha estado realizando ejercicios físicos en la piscina y en el gimnasio y ha trabajado en una cámara hiperbárica para acelerar el proceso de regeneración de la lesión.

El pasado 7 de julio se volvió a subir a una moto. Lo hizo en Misano, en el circuito que mejor conoce y en el que espera firmar su primera victoria tras su primera y única ausencia desde que empezó a correr el Mundial de Motociclismo. El italiano probó sobre una Superbike del equipo Yamaha, fundamentalmente para comprobar cómo reaccionaba su cuerpo: su pierna derecha y su maltrecha espalda -que se lesionó en mayo-. El pasado lunes repitió. Se subió de nuevo a aquella R1, completó 46 vueltas y vio que podía tener ritmo de carrera. Hoy, tras una última exploración de la lesión, Rossi ha decidido volver. Estaba aburrido en casa. Y ya piensa en su próxima victoria, que seguramente tardará en llegar porque aún no está al cien por cien. Además, no tiene que demostrar nada a nadie. En Ducati -tras el anuncio de que Stoner ha firmado con Honda- ya le esperan con los brazos abiertos. En Sachsenring, también.