La estela de Panenka

Último penalti para Uruguay. Si Abreu fallaba le daba la oportunidad a Ghana de igualar la tanda. "Estábamos todos en el medio y uno dijo 'la va a picar'. Y yo pensé: 'No, que no la pique, que no lo haga". El Loco Abreu no le hizo caso a Forlán. La picó, metió la pelota en la red y a Uruguay en las semifinales del Mundial, 40 años después de la última vez, en México 70, cuando cayó contra Brasil. "Cuando adoptas una decisión hay que morir por ella", dijo después Abreu, que no renunció a su particular manera de lanzar las penas máximas, aun con el futuro de Uruguay en sus pies. Le salió bien.

No era la primera vez que Abreu ponía a prueba los nervios de sus compatriotas con un tiro al filo de lo imposible. Ya lo hizo en la semifinal de la Copa América 2007, que se resolvió en la tanda de penaltis contra Brasil. Abreu marcó el cuarto, pero su equipo acabó fallando el quinto y yéndose a casa.

Otro futbolista que no tuvo miedo fue Antolin Panenka. El jugador checoslovaco fue el pionero en lanzar un penalti al medio y con una ligera vaselina. Si el portero se queda quieto detiene sin problemas. Un tiro así sólo puede acabar en gloria o en ridículo y el suyo no solo valió un campeonato, sino que junto a él su nombre ha pasado a la historia. Para patentar su lanzamiento, Panenka eligió un momento en el que todos los focos le alumbraban a él: la final de la Eurocopa de 1976. Su equipo venció a Alemania en los penaltis gracias a su lanzamiento y, en ese momento, nació una leyenda de la que otros muchos jugadores han querido formar parte, con más o menos fortuna.

La Copa América 2007 fue la de los lanzamientos a lo Panenka. En la otra semifinal, la que venció Argentina por tres tantos a México, Juan Román Riquelme anotó el último tanto del encuentro desde el punto de penalti y al estilo que patentó el futbolista checoslovaco en 1976.

Minuto siete de la final de la Copa del Mundo de Alemania 2006. Es el último partido de Zidane, el motor de una Francia en la que nadie creía pero que está a un paso de la gloria. De él han dicho que lo van a jubilar y tiene su orgullo en juego. Lanza un penalti para el 1-0 y el corazón de los franceses se contrae: lo hace a lo Panenka, el balón da en el larguero y se mete.

En los cuartos de final de la Eurocopa de Portugal de 2004, Inglaterra y el país anfitrión concluyeron con empate a dos. Hubo que recurrir a la tanda de penaltis y el segundo de Portugal lo lanzó Postiga a lo Panenka. La decisión le salió redonda porque anotó su gol y, al final, su equipo se impuso a los ingleses por 6-5 en la tanda.

También fue un talismán para Italia el tiro de Totti emulando a Panenka, 24 años después de que lo patentara el pionero. Fue en la tanda de penaltis de la semifinal de la Eurocopa de 2000. Totti lanzó el cuarto, lo metió e Italia acabó imponiéndose por 4-1 en la tanda y clasificándose en la final que, más tarde, perdería contra Francia.

Pero no todo es gloria para los que se atreven con este lanzamiento. Que se lo pregunten a Casquero, que tiene el dudoso honor de ser el peor tirador de penaltis de este estilo, según la calificación del propio Panenka. Íker Casillas no tuvo problemas en detener su disparo en un Real Madrid-Getafe del final de la temporada 2008-2009.