El eterno candado brasileño
Lucio y Juan, centrales de Brasil desde hace seis años, sacan lo mejor de sí mismos con la 'canarinha'
El fiasco de Brasil en el Mundial de 2006, eliminada en cuartos con un gol del francés Henry cuando enfilaba su camino hacia el hexacampeonato, trajo aires de revolución en la canarinha. Carlos Dunga, histórico capitán de la verdeamarela, asumió el control de una selección boyante en talento pero huérfana en disciplina, a la que renovó de arriba a abajo. De los 11 intocables de inicio con los que contaba su predecesor en el cargo, Parreira, solo resisten cuatro: Gilberto Silva, Kaká... y el tándem Juan y Lucio, una de las claves del nuevo estilo brasileño basado en el orden, la obediencia y la eficacia.
Juan y Lucio. Lucio y Juan. El tres y el cuatro. Admirados por sus compañeros y sufridos por los rivales, la zaga defensiva de Brasil gira en torno a una pareja de amigos ya clásica desde su debut, juntos, hace casi seis años. Lucio (Brasilia, 1978), el gran capitán, central derecho del Inter tricampeón, posee entre sus virtudes una excepcional lectura del juego y liderazgo; Juan (Río de Janeiro, 1979), defensa del Roma, aúna posicionamiento y anticipación. "Con Juan jugamos mucho tiempo, formamos una pareja muy buena que ha crecido en los últimos años. Es importante", declaró Lucio, del que su compañero de fatigas señaló que "está al 100%, es un caballo". Admiración mutua entre un dúo que conforma parte de un muro que solo ha concedido dos tantos hasta la fecha.
Dentro de los esquemas de Dunga, Lucio posee más libertad que Juan para subir al ataque, sobre todo en las jugadas a balón parado y los saques de esquina. Su tanto, el tercero y definitivo, en la final de la Copa Confederaciones del año pasado ante EE UU (3-2) da buena fe. Se complementan y se conocen a la perfección. Esta simbiosis en la moqueta brasileña es llevada también a su trayectoria profesional, donde sus carreras guardan ciertos paralelismos. Procedentes del fútbol brasileño, desembarcaron en las filas del fútbol alemán, al mismo equipo (Bayer Leverkusen, en el que coincidieron durante dos temporadas -2002/03 y 2003/04- ). A partir de ahí, sus trayectorias se bifurcaron: Lucio, al Bayern de Múnich, y Juan a Roma, al Calcio, Liga a la que acudiría luego el capitán de la canarinha en 2009 para enrolarse en el Inter. Ambos tratarán ahora de dejar su impronta y consolidarse como una pareja clásica a los ojos de la historia brasileña. Lucio ya conoce el camino, tras ganar el Mundial de 2002.
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