El año movido de Beausejour

Jean Beausejour (Santiago, Chile; 1984) dio portazo el pasado 16 de junio a su nefasta primera mitad del año, marcada por los desastres naturales. Su padre, Coty, que es haitiano y trabaja en ese país, estuvo desaparecido durante seis días tras el terremoto que causó más de 200.000 muertos el pasado 12 de enero. Algo más de un mes después, otro seísmo, esta en vez en Chile, provocó más de 700 fallecidos. Casi toda la familia materna del futbolista vive en ese país, por lo que Beausejour se temió lo peor en un principio. Después, supo que ninguno de sus allegados había resultado herido. En el debut de su selección en el Mundial, frente a Honduras, Beausejour se despidió de los sustos y de las tristezas marcando el primer gol de Chile en Sudáfrica. Ese tanto valió, además, la primera victoria de La Roja en un Mundial desde hacía 48 años. Hoy, contra Brasil, intentará repetir esa actuación y ayudar a su selección a clasificarse para octavos. No lo tendrá fácil.

Pero si Chile pierde hoy no será porque Beausejour no haya peleado por la victoria, ya que el chileno se caracteriza por su constancia y su dureza mental. De hecho, Beausejour decidió jugar el 13 de enero la final de la interliga que su equipo, el América de México, disputaba frente al Monterrey mexicano en Estados Unidos a pesar de que su padre había desaparecido en el terremoto de Haití solo un día antes. En cualquier caso, se vino abajo cuatro días después del seísmo, cuando no pudo disputar un partido frente al San Luis porque no se encontraba bien anímicamente. Dos días después, sin embargo, recibió la llamada de su padre, que estaba bien. No tuvieron tanta suerte 46 de sus compañeros de la Unidad de Género de la Misión de Estabilización de Haití de la ONU, que fallecieron durante el terremoto.

La perseverancia le viene a Beausejour desde pequeño. Sus amigos cuentan que un día, cuando estaba jugando al fútbol en la calle, un perro le mordió y se quedó enganchando a sus pantalones. El futbolista siguió corriendo, con el animal colgando, y marcó gol. En esa época, Beausejour vivía con su madre y sus abuelos en un barrio humilde cercano a la Estación Central de trenes de Santiago de Chile. Su padre conoció a su madre cuando fue a Santiago a estudiar medicina, pero se separaron cuando Beausejour solo tenía dos años. Durante su infancia, el futbolista apenas tuvo contacto con él porque se volvió a Haití para trabajar. Por eso, Beausejour se crió con su familia materna, que es mapuche, la principal minoría étnica del país. Ese periodo de su vida le marcó tanto que ahora se siente identificado con los mapuches. "Me duele ver a gente de mi pueblo que está sufriendo. Aunque lo que más me aflore sea mi tez negra por los orígenes haitianos de mi papá, yo me siento súper identificado con el pueblo mapuche", declara. Por eso, no le agrada en absoluto que le llamen 'Palmatoria', uno de sus apodos. Ese nombre procede de uno de los personajes, negro y brasileño, que aparecen en la revista infantil chilena Barrabases.

Pero las conexiones de Beausejour con Brasil, su próximo rival, no se limitan únicamente a su apodo. En la temporada 2005-2006 jugó en el Gremio brasileño, donde marcó siete goles. Las experiencias fuera de su país no han sido, sin embargo, algo habitual en su carrera. Al margen de su estancia en Brasil, ha salido de la Liga chilena para probar en el Servette suizo, en el Gantes belga y, más recientemente, en el América mexicano, que es donde sigue jugando. En su país tampoco se ha consolidado en ningún club. Nunca ha estado más de una temporada en un equipo a pesar de jugar en el Universidad Católica, el Universidad de Concepción, el Cobreloa y el O'Higgins.

Con la selección chilena debutó en 2004 y, desde entonces, ha disputado 30 partidos y ha anotado dos goles jugando en la banda izquierda. El más importante de ellos es, hasta ahora, el que le marcó a Honduras en el Mundial. Hoy puede anotar uno aún más relevante si consigue marcar el que dé a Chile el pase a cuartos.